Por: Enuar Cruz
Varios de estos años de mal gobierno, ha estado y sigue estando en manos del partido conservador, para algunos ciudadanos ni el alcalde Imbachi ni el ex alcalde Castro han dejado de ser conservadores.
En todos los años de existencia de Mocoa, ningún gobernante ha gestionado la construcción de un plan de manejo de aguas residuales para el municipio, 457 años arrojando los excrementos al río Mocoa, las basuras aún se siguen tirando al río, ya no de manera directa pero si más perjudicial, porque el relleno sanitario operado por la empresa EMAS está ubicado en la cuenca de afluentes que desembocan al río Mocoa con los lixiviados del relleno.
Con obras sin terminar, como el materno infantil. Las que si se terminaron las hicieron pagando favores a los que invierten en las campañas, desde la que sirve los tintos, los porteros, la mano de obra no calificada, o los rusos como les llaman hoy en día a los ciudadanos que trabajan más duro pero que ganan menos, el trabajo de ellos también es un pago por su supuesto apoyo en la campaña ganadora.
Aún no se construye la tan promocionada plaza de Mercado, para que los mercaderes abusen de los productores campesinos. Vendedores y consumidores continúan expuestos en la plaza de mercado en la rivera del río mulato, donde alguno de los que gobernaron decidieron reubicar la plaza de mercado que inicialmente estaba en el centro de Mocoa.
La carcel también tuvo mucha publicidad, que se construiría nueva, que se reabrirá en el mismo lugarcito en zona de riesgo, donde se debió demoler, como se hizo con algunas de las viviendas cercanas del sector. Hoy los presuntos bandidos son alojados en las instalaciones de la casa de justicia, en situación de hacinamiento.
En Mocoa no hay agua potable, y cuando llueve se va hasta el agua sucia, la misma que cobraran por metros cúbicos con contador. Los capitalinos no deben olvidar la foto del circo que fue el hidrante milagroso.
Las 900 casas para los damnificados aún no se terminan de construir, las primeras que se entregaron para adultos mayores fueron construidas en un humedal al sur de la capital, con la complicidad de la corporación para el desarrollo sostenible del sur de la Amazonia “Corpoamazonia”.
Esto es Mocoa, una ciudad donde se venden las calles y luego el mismo municipio tiene que indemnizar al comprador, donde un alcalde pretendía inmortalizar a su padre colocándole su nombre a una obra como el coliseo del barrio jardín, donde a media noche pretendían privatizar el espacio público de la ciudad, donde reeligieron en el ITP a una persona con investigaciones, que hoy está destituida por malos actos administrativos, una ciudad donde los agentes de tránsito no operan constantemente y cuando trabajan lo hacen en sitos prohibidos, donde uno de los últimos ex alcaldes está preso y ni por eso se lo recuerda.
No hay mucho para celebrar, esperemos que ahora sí llegue lo bueno.