Por: *Alexander Africano
Lo ocurrido el lunes 25 de agosto de 2025 en Mocoa no puede pasar inadvertido. La Policía Nacional convocó con anticipación a líderes comunales, instituciones 𝐲 𝐚𝐥 𝐩𝐫𝐨𝐩𝐢𝐨 𝐚𝐥𝐜𝐚𝐥𝐝𝐞 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐞𝐬𝐜𝐮𝐜𝐡𝐚𝐫 𝐥𝐚𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚́𝐭𝐢𝐜𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 que más preocupan a la ciudad: el alto consumo de estupefacientes, el ruido que desata conflictos, las basuras, los habitantes de calle, los mal llamados amanecederos y el abandono del sistema de cámaras.
Los comunales asistieron en minoria, la Policía estuvo con su equipo completo, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐞𝐥 𝐚𝐥𝐜𝐚𝐥𝐝𝐞 𝐲 𝐬𝐮𝐬 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐚𝐫𝐢𝐨𝐬 𝐛𝐫𝐢𝐥𝐥𝐚𝐫𝐨𝐧 𝐩𝐨𝐫 𝐬𝐮 𝐚𝐮𝐬𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚. Y esa ausencia no es un simple incumplimiento de agenda: 𝙚𝙨 𝙪𝙣 𝙖𝙘𝙩𝙤 𝙙𝙚 𝙞𝙣𝙙𝙞𝙛𝙚𝙧𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙙𝙚𝙟𝙖 𝙨𝙤𝙡𝙖 𝙖 𝙡𝙖 𝙛𝙪𝙚𝙧𝙯𝙖 𝙥𝙪́𝙗𝙡𝙞𝙘𝙖, 𝙛𝙧𝙖𝙘𝙩𝙪𝙧𝙖 𝙡𝙖 𝙧𝙚𝙡𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣 𝙘𝙤𝙣 𝙡𝙖 𝙘𝙤𝙢𝙪𝙣𝙞𝙙𝙖𝙙 𝙮 𝙖𝙡𝙞𝙢𝙚𝙣𝙩𝙖 𝙡𝙖 𝙥𝙚𝙧𝙘𝙚𝙥𝙘𝙞𝙤́𝙣 𝙙𝙚 𝙦𝙪𝙚 𝙡𝙖 𝙖𝙙𝙢𝙞𝙣𝙞𝙨𝙩𝙧𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣 𝙢𝙪𝙣𝙞𝙘𝙞𝙥𝙖𝙡 𝙚𝙨𝙩𝙖́ 𝙙𝙚𝙨𝙘𝙤𝙣𝙚𝙘𝙩𝙖𝙙𝙖 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙧𝙚𝙖𝙡𝙞𝙙𝙖𝙙 𝙦𝙪𝙚 𝙫𝙞𝙫𝙚𝙣 𝙡𝙤𝙨 𝙢𝙤𝙘𝙪𝙖𝙣𝙤𝙨.
Si los líderes barriales no asisten 𝐲 𝐥𝐚 𝐚𝐝𝐦𝐢𝐧𝐢𝐬𝐭𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐦𝐮𝐧𝐢𝐜𝐢𝐩𝐚𝐥 𝐝𝐞𝐣𝐚 𝐬𝐨𝐥𝐚 𝐚 𝐥𝐚 𝐏𝐨𝐥𝐢𝐜𝐢́𝐚, el mensaje es claro: la ciudadanía no cree en estos espacios y la Alcaldía no ejerce el liderazgo que la seguridad demanda.
La falta de resultados concretos, la desconexión del alcalde con la realidad de Mocoa y la ausencia de un liderazgo político visible están minando la confianza en las instituciones. Esta combinación de comunales que no participan y un alcalde que no aparece y que deja a la Policía aislada y a la ciudad sin una estrategia integral contra la inseguridad.
Cuando la ciudadanía pide respuestas, cuando la Policía busca articular esfuerzos, 𝐞𝐥 𝐥𝐢𝐝𝐞𝐫𝐚𝐳𝐠𝐨 𝐩𝐨𝐥𝐢́𝐭𝐢𝐜𝐨 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐫 𝐚𝐮𝐬𝐞𝐧𝐭𝐞. Gobernar no es aparecer en redes sociales ni dar declaraciones esporádicas; gobernar es estar presente en los espacios donde se toman decisiones para enfrentar los problemas reales.
Mocoa necesita con urgencia un liderazgo visible, comprometido y articulado con la Policía y la comunidad. De lo contrario, la seguridad seguirá siendo un terreno donde la improvisación y la desconfianza le ganan al orden y la convivencia.
*Consejero de Paz – Afuliado al CN