El departamento de Nariño. El departamento que orgullosamente lleva el nombre en homenaje al Gran Precursor de la Independencia, Don Antonio Nariño, sin duda ha sido cuna no solo de egregios e ilustres personajes sino y también de los más bellos hechos históricos que, ocurridos en este bello rincón de la patria, dieron lustre y enriquecieron las bellas páginas de su historia, muchas de ellas lastimosamente olvidadas por todos, especialmente por nuestros estamentos gubernamentales o no contada por los historiadores tradicionales.
Y precisamente una de esas bellas páginas de nuestra historia se escribió un 26 de marzo de 1933, en las caudalosas aguas del río Güepí, afluente del rio Putumayo, que marca el límite entre Colombia y Perú, y convertido en esa fecha como el escenario propicio para llevarse a cabo el combate de Güepí, el mismo que prácticamente, con el rotundo triunfo de las tropas colombianas puso fin a este conflicto y en el que se destacaron por su patriotismo, arrojo y valentía los soldados nariñenses.
Año tras año los altos mandos militares del ejército colombiano, particularmente del batallón Batalla de Boyacá, acantonado en esta ciudad, se acuerdan de este hecho, desconocido casi por todos los militares pertenecientes a esta guarnición, donde se resalta la hazaña heroica del soldado nariñense, particularmente del reservista venteño Juan Bautista Solarte Obando, quien en dicho combate ofrendó su vida en aras del triunfo colombino.
Pero es una verdadera lástima que a lo largo de la historia de esta celebración que cumple más de 50 años, solamente se escuchan discursos, se hacen ofrendas florales al héroe en mención y se ofrece a los familiares de los excombatientes como les llama soldados participes de este episodio histórico, y de los demás combates que se dieron, una eucaristía y un sancocho de gallina.
Y siempre se olvidaron, aun cuando la gran mayoría de excombatientes vivían de rendirles en vida el verdadero homenaje que se merecían, dándoles los auxilios económicos, la vivienda a que los diferentes gobiernos les prometieron pero que jamás les cumplieron, como sí lo hicieron en el Perú con los soldados perdedores, y los nuestros como le ocurrió al coronel Buendía de la novela de Gabriel García Márquez, se hicieron viejos, se enfermaron y se murieron esperando que el gobierno les cumpla lo prometido, pues se olvidaron de ellos, por eso en mis diferentes escritos con razón los he llamado “los héroes olvidados del Güepí”.
Por: Jorge Arturo Bravo
Fuente : http://hsbnoticias.com/noticias/opinion/los-heroes-olvidados-del-guepi-289072