El aguinaldo navideño de Mocoa que se va para otros departamentos

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Por: Jorge Kuarán – Comunicador Social

Las economías locales se basan en distintos aspectos para mantenerse a flote y funcionando, y uno de esos pilares que la sustentan es el circuito de dinero circulante que hace que la dinámica del mercado se torne eficiente en el aporte al bienestar general, sobretodo en el logro de los procesos de desarrollo de los pueblos desde el factor de la Sostenibilidad económica.

Esos factores de la dinámica del circuito económico, es lógico que serán mucho mejor si le inyectamos más capital o dinero circulante para crear mejores condiciones de bienestar para los los pueblos, quiere decir que es mejor para las familias de esos pueblos que ingrese dinero circulante al mercado y no que se recoja, se empaque y se lleve para otras regiones, a cumplir con su misión de mejorar las condiciones de vida desde el punto de vista de poder adquisitivo de las familias y las personas.

Este tipo de gobernabilidad básica no necesita economistas para entenderlo y ponerlo en práctica, se necesita únicamente del sentido común de inteligencia, cosa que todo gobernante debería tener en lo más mínimo, por supuesto, considerando que un gobernante dirige los asuntos públicos no solamente administra una nómina o ejecuta un gasto.


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Por ello el arte de gobernar debe prever cual es la mejor forma de invertir y contratar esos recursos del presupuesto en obras o acciones sociales, que permita no sólo cumplir con el objetivo estatal de mejorar las condiciones de vida a través de la infraestructura pública que genere los escenarios propicios para el desarrollo, sino también lograr de manera eficaz que ese circulante de recursos del presupuesto publico no salga del propio circuito económico de su pueblo o región, que sirva para fortalecer el músculo financiero del sector privado local, el cual es el mejor y único aliado que tiene el gobierno para la generación de estabilidad económica y bienestar de la región. No se conoce ni ha existido caso alguno donde el gobierno o el sector público sea el único constructor del desarrollo; es ese sector privado formalizado el mayor aportante del progreso y desarrollo de los pueblos, por tanto debería constituirse en el mejor y más importante aliado de todo gobernante.

Es ese sector privado formalizado el que durante todo el año y todos los años sostiene la mayor carga de responsabilidad económica del municipio, es allí donde reposa la verdadera economía que mantiene vivo el desarrollo, el mayor generador de empleo local, los aportes a los recursos de carácter social a través de los parafiscales, el mayor generador de renta de las arcas municipales y nacionales que conforman los presupuestos públicos, la organización metódica de la estructura social, el abastecimiento de bienes y servicios propios del mercado local, la estabilidad funcional de hombres y mujeres cabezas de hogar, el vientre donde se gesta el progreso, sin ellos, los privados, las funciones de un gobierno fueran inexistentes al no contar ni con los recursos que soportan sus propios presupuestos, ni con la carga de responsabilidad de mantener una sociedad viva, organizada y caminando hacia adelante.

El comercio local que muchas veces sufre las difíciles consecuencias de malos gobiernos o malas decisiones de gobernantes, es el único que nunca ha fallado en mantener la Sostenibilidad económica del municipio y que hace que los pueblos se mantengan dinámicos. Por ello no entendemos porque los Alcaldes como el de Mocoa no les presta la atención que se merecen y no les da la importancia que tienen. Trabajar juntos las épocas malas y buenas del mercado local debería ser producto de un mesa de diálogo permanente; construir juntos condiciones apropiadas que beneficien al pueblo en general sin desmejorar las de los propietarios de negocios debería ser una constante de un gobernante; coordinar juntos las fechas especiales para el mercado local y épocas de alta densidad comercial como la navideña, donde la mayoría de los comerciantes esperan ganarse el aguinaldo a tanto esfuerzo, angustia financiera y responsabilidad social que tienen sobre sus hombros durante todo un año, debería ser también una preocupación de todo gobernante en procura de proteger el mercado local de su municipio y la región.

No entendemos entonces la actitud del Alcalde de llenar las calles de Mocoa de vendedores ambulantes golondrina llegados de otros departamentos, precisamente para las épocas especiales de mercado como la de navidad, día de la madres, amor y amistad, cumpleaños de Mocoa, carnavales, etc. Donde un sinnúmero de vendedores ambulantes de departamentos vecinos y hasta de Bogotá, Cucuta, Antioquia, y otros mas, que no pagan impuestos oficiales (pero si tienen recibos sin membrete oficial de pago de arriendo del espacio público), no sólo tapan las vitrinas de nuestros comerciantes formales de Mocoa, que pagan arriendo, nominas e impuestos a la Alcaldia, sino que tambien venden los mismos productos del comercio de Mocoa, ni siquiera a mejor precio sino a precios desleales de saboteo comercial; vienen recogen el efectivo circulante, lo empacan y se lo llevan a sus departamentos para ponerlo a circular en esos mercados, mientras el sector comercio de Mocoa sufre las consecuencias de ventas bajas, pero debe continuar manteniendo la nómina, los arriendos de locales y no puede hacer faltar el impuesto municipal para que el Alcalde se de el gusto de gastar.


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Y que ni que decir del sufrimiento de los peatones para caminar por su ciudad, mejor dicho Gobernar va más allá de solo contratar.

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