Por: Alexander Africano
Por estos días en Mocoa varias comunidades y Autoridades Indígenas se congregaron en el Resguardo de Condagua con el objetivo de llevar a cabo una “MINGA INDÍGENA, SOCIAL Y POPULAR EN DEFENSA DE LA VIDA, UNIDAD, AUTONOMIA, CULTURA Y TERRITORIO”, su argumento se fundamenta en incumplimientos de Ministerios e Instituciones que datan del año 2012 hasta el 2021 e incluso, recientemente, desde el 2023.
Es así como “La Minga” inicia desde el domingo 26 de mayo de 2024 liderada por Autoridades Indígenas, así como por las Guardias en el Resguardo en mención y paulatinamente hicieron presencia sobre la vía nacional Mocoa – Pitalito, en donde implementaron una pedagogía para dar a conocer el motivo por el cual se encuentran protestando. Poco a poco y ante la mirada casi nula del nivel nacional no tuvieron otra opción que limitar la movilidad vial de forma permanente y progresiva.
Siete días después, el domingo 02 de junio, por fin hizo presencia un funcionario del Ministerio del Interior, lamentablemente sin poder de decisión y con argumentos que fueron desvirtuados por las Autoridades Indígenas, quienes le insistieron en que llevara un mensaje de urgencia al nivel central con una consigna clara, se requieren funcionarios de alto nivel con poder de decisión, lo cual al cierre de esta edición no ha sido posible.
Para atender la protesta social denominada “Minga de Resistencia”, la administración municipal de Mocoa instaló una mesa de coordinación para la garantía de la manifestación étnica con delegados de los pueblos indígenas e instituciones, surtiéndose así la realización de 03 sesiones como también 03 mesas técnicas de información, en estas últimas estuvieron presentes la Unidad de restitución de Tierras – URT, la Agencia de Renovación del territorio – ART y La Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctima – UARIV; por su parte, se precisa que la ART y UARIV no salieron bien libradas de sus exposiciones pues sobre ellas recaen varios incumplimientos de tiempo atrás.
En aras de avanzar en una solución pacífica, el día 04 de junio en horas de la tarde se tuvo contacto con la Viceministra para la participación y la igualdad de Derechos del Ministerio del Interior, Liliana Clemencia Solano, quien les manifestó a las y los Gobernadores Indígenas su disposición de hacer presencia en el territorio con una delegación del alto gobierno de los diferentes Ministerios para el día lunes 10 de junio de 2024, ante lo cual, su petición no fue aceptada debido al tiempo que se ha otorgado para contar con la presencia de funcionarios con capacidad y poder de decisión.
Las comunidades siguen en la resistencia con el único propósito de que se les atienda unas peticiones apenas lógicas pues obedecen a acuerdos que anteriores “Mingas de Resistencia” pactaron en diferentes momentos, varios compromisos que, entre otros, han sido recurrentes como también lo ha sido su avance; seguramente algunos de esos convenios se cumplieron, otros parcialmente cumplidos y otros sencillamente plasmados en sendos documentos que dormitan en escritorios y carpetas ya olvidadas.
Lo cierto, es que a los Colombianos y especialmente a los Putumayenses no se nos puede olvidar este tipo de expresiones sociales, donde la comisión de la verdad definió a la MINGA INDÍGENA como uno de los principales símbolos de la movilización y la resistencia, la cual desde sus orígenes ha estado asociada con el trabajo colectivo y los aportes voluntarios de la comunidad para buscar el buen vivir común, como también sinónimo de “Caminar la Palabra”, es decir, de la movilización y protesta en pro de la reivindicación de la paz y los derechos.
En nuestro País, la primera vez que se escuchó hablar de una minga indígena, en ese sentido político fue en el Cauca en noviembre de 1999, cuando los nativos bloquearon por 23 días la vía Panamericana entre Cali y Popayán, hasta que el presidente Pastrana prometió atender la emergencia social, cultural y económica de los pueblos ancestrales (Decreto 982).
Sin embargo, desde el mismo origen de las “MINGAS” también han estado los incumplimientos, tal como pasa en la presente, donde Instituciones como la UNP se comprometieron, años atrás, a realizar un comité de evaluación de riesgo y recomendación de medidas colectivas – CERREM, fortalecimiento de la guardia de los 14 Pueblos Indígenas del Putumayo; la ART a gestionar el apoyo técnico para la estructuración de los proyectos étnicos que impactan las iniciativas con marcación étnica en el PDET de la región, la UARIV a avanzar con 17 sujetos en la ruta de reparación colectiva de pueblos indígenas de los 35 en esa época hoy casi 40 y así, sucesivamente, otros con Ministerios como el de salud, Educación, Defensa y otros.
Curiosamente, la “Minga de resistencia” de 2024 en Mocoa, tiene una particularidad y es que ha sido el mandato de algunos pueblos filiales y no filiales a la Organización Zonal Indígena de Putumayo – OZIP, no tiene liderazgos de interés, como tampoco ha sido convocada por asuntos distintos al bienestar general de los pueblos y sobre todo conscientes de que no son justo tantos incumplimientos; también, a pesar de ataques, incluso, de los mismos hermanos nativos la Minga se mantiene, incluso se fortalece bajo principios de familiaridad y respeto del uno por el otro y en especial por el territorio.
Finalmente, ya es hora de brindar soluciones concretas a las necesidades de los hermanos indígenas en Putumayo, las cuales, entre otras, siguen siendo las mismas y donde la única forma de conseguirlas pareciera ser, lastimosamente, la restricción vehicular en vías nacionales para que pueda haber un diálogo entre las partes; mientras tanto nos seguiremos acostumbrando a escuchar y a ver “MINGAS DE RESISTENCIA”, entendidas estas como las acciones y expresiones de Movilización Social, político, cultural en el ejercicio de una libre expresión donde se esperaría la unidad de los pueblos indígenas de Putumayo para que se dignifique el territorio en un acto de justicia social.
¡Fuerza, fuerza! ¿Hasta cuándo? ¡hasta siempre!