Por una avispa

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La historia de un allanamiento a una humilde morada de avispas y un desenlace inesperado!

Por : Luis Carlos Chamorro – Director MiPutumayo Noticias

La historia comienza meses atrás, en un día lluvioso como los días normales en el pie de monte de la amazonía, y se ubica en uno de los barrios mas antiguos de Mocoa.

En un árbol ubicado dentro de un espacio cerrado por una reja, en una de sus ramas estratégicamente ubicada bajo un pedazo de la cubierta que sirve para la entrada principal de la casa, un grupo de avispas se resguarda del aguacero, todas en un montón, solo se ve un bulto negro zumbante.


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Pasan los días y no se ve el interés por parte de las nuevas visitantes de marcharse rápido del sitio, por el contrario, se organizan para proteger a la reina mientras otras comienzan a construir su futura casa, el nuevo avispero.

La dueña de casa, una dama que conoce acerca de la importancia de todas las especies, observa desde lejos la construcción que día a día va tomando forma, coge un papel,  y escribe en el “Cuidado, AVISPAS”, para que los pocos transeúntes pasen con cuidado y no molesten a las nuevas vecinas.

Ya ha pasado mas de 15 días desde que llegaron las ilustres visitantes que se quedaron para hacer parte del paisaje, y no faltan los desadaptados, esta vez, unos jóvenes que se ubican al lado de la casa, en la sombra, esperando que el vecino donde se encuentra el árbol donde están las avispas se vaya a descansar el almuerzo, y toman una piedra y la lanzan, y salen corriendo por la calle, con tan mala suerte para ellos y muy buena para las avispas, que la piedra pasa por un lado y se estrella contra la pared de la casa.

Los visitantes que llegan a ésta casa desde antes de llegar están advertidos, entran por la puerta secundaria, la puerta principal está sellada para no molestar a las vecinas avispas, y haciendo caso, llaman desde afuera, la dueña de casa sale, y les indica el motivo por el cual deben coordinar la entrada.


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Desde hace muchos tiempos, la dueña de casa tiene la costumbre de respetar los entornos al igual que algunos de los vecinos de la vereda donde tiene una pequeña casa de campo, se observa por ejemplo que una de las vecinas, en una de las puertas de la ventana del segundo piso tiene un avispero, que lleva mas de un año, y éstas no molestan para nada; otra vecina, que tiene su construcción con láminas de etherboard, entre las paredes las avispas hicieron su casa y se observa como llegan y salen día a día, en esto llevan mas de 1 año y hasta el momento no ha pasado nada.

Las avispas, las abejas construyen sus espacios en sitios que consideran seguros, yo creo que sienten la buena energía de sus futuros vecinos y sin problema se quedan y construyen, y no pasa nada.

En Mocoa, persiste una mala costumbre de algunas personas, sobre todo damas, de tomar sin permiso, muestras de plantas, semillas, cogollos y demás, de todo tipo de matas, plantas y árboles que se encuentran en los diferentes jardines, dentro de las propiedades privadas, en otras palabras “tomando cosas sin permiso”.

Hace una semana, una de estas damas, sin medir consecuencias, sin tener en cuenta que es una propiedad privada, sin llamar a pedir el favor, de manera arbitraria comienza a tomar algunas de las vainas que cuelgan de una de las diferentes ramas donde se encuentra el avispero, con tan mala suerte que las avispas se ven amenazadas y atacan a la abusiva dama que al sentir el primer aguijonazo grita, alertando al vecino dueño de casa que rápidamente sale a indicarle a la “intrusa” – perdón, coleccionista de matas sin permiso – que no siga haciendo lo que está haciendo y que se retire.

La dama, se retira con su aguijón en el cuerpo y en el alma, insultando y amenazando que iba a demandar al dueño de casa por que las avispas la picaron.

Días después, llega un miembro del cuerpo de Bomberos a retirar la rama del árbol donde se encuentran las avispas y antes de realizar la labor llama al dueño de casa para pedir permiso, el dueño sale y le dice que ellas no hacen nada si no se las molesta, pero que, si quiere, que proceda.

El bombero pregunta, ¡¿¿cuánto tiempo llevan las avispas??  – el dueño contesta, 3-4 meses, el bombero dice – dejémoslas, ya no más se van! y no cumple la fatídica orden.

Queda entonces una serie de inquietudes…

  • ¿¿Quien tuvo la culpa??
  • ¿Dónde puso la queja la dama afectada?
  • ¿Por qué no llamaron a descargos a los dueños del predio privado donde se encuentra el árbol donde están las avispas?
  • ¿Quién dio la orden a bomberos para retirar el avispero?


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