Ya casi se cumple un mes de la avalancha que por poco borra la mitad de Mocoa, en Putumayo, y aún hay personas desaparecidas y la gente sigue esperando a sus muertos. La tragedia de la noche del 31 de marzo les arrebató la vida a 328 personas, según el último reporte de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGR). El paradero de otras 69 todavía es incierto.
Aunque el presidente Juan Manuel Santos había dicho la semana pasada que la cifra de desaparecidos era de 103, ésta se redujo debido a que las personas fueron ubicadas y se reencontraron con sus familias. Unos 295 cadáveres ya fueron entregados a sus seres queridos, y los 33 faltantes aún están en el proceso de identificación.
Cerca de 45.000 habitantes de los 70.000 de Mocoa, capital de Putumayo, resultaron afectados por la avalancha. La UNGR informó, además, que continúan las acciones para la estabilización del municipio. De los ocho albergues 8 habilitados inicialmente, solo dos está en funcionamiento en la actualidad: “El Pepino” y el de madres gestantes y lactantes, que alojan a 543 personas . El resto de la comunidad ya cuenta con subsidios de arriendo o fue trasladada a otros municipios para iniciar a restablecer sus vidas.
Mocoa no cuenta con servicio de acueducto desde la avalancha, los trabajos para la reconstrucción de bocatomas y viaductos continúan. Unos 45 carrotanques son los encargados de entregar el líquido potable, hasta la fecha se han entregado 29,2 millones de litros de agua.
“Así mismo, y con la maquinaria amarilla dispuesta se trabaja sobre los principales ríos (Mulato, Sangoyaco, La Taruca) y otros afluentes con el propósito de encauzarlos y hacer el dragado respectivo”, agregó la UNGR.
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