Que labor tan bella, abnegada y altruista la que cumplen los periodistas en las regiones del país y el aporte que pueden realizarle al posconflicto. No en vano Gabriel García Márquez, nuestro Premio Nobel de Literatura en 1982 y uno de los escritores más grandes de la literatura universal: «el periodismo es la profesión más bella del mundo».
Por eso todos los y las periodistas que ejercen la maravillosa tarea de contar la historia diaria deberían ponerse de acuerdo en agremiaciones y asociaciones con el único fin de servirle al país en la reconstrucción del tejido social y de la nueva Colombia que hoy tenemos la oportunidad de edificar.
En el Huila, Caquetá y Putumayo, regiones en otrora golpeadas por la violencia, los periodistas deberían actualizar o profundizar su formación en temas de paz, desarrollo y ciudadanía con la noble aspiración de contribuir a mejorar las condiciones de vida de las comunidades en las que ejercen su trabajo, formar opinión pública informada y deliberativa y fortalecer los principios, valores, y actitudes democráticas.
Y es que en estos días en que no paran de sucederse uno tras otro el destape noticioso de monumentales escándalos de corrupción, queda claro que hoy por hoy la clase política no vamos a encontrar la salida o solución a la grave crisis que atraviesa el país y que es principalmente una crisis ética y moral, desde la Costa Caribe hasta la Amazonía, desde el Litoral Pacífico hasta los Llanos Orientales, lo cual repercute hondamente en el ámbito social, cultural y económico, estancando el progreso y desarrollo local, regional y nacional.
Son ustedes los periodistas, los verdaderos periodistas que no se doblegan ante las prebendas de gobernantes y políticos profesionales, ni ante el poder corruptor del dinero de contratistas o anunciantes, ni ante las lisonjas de propietarios de medios, ni siquiera ante las amenazas de los violentos, con su probada capacidad de investigar y develar abusos, injusticias y saqueos, pero también de contar la realidad, hermanarnos como colombianos y llenarnos de esperanza, un ejército de periodistas bien formados y comprometidos con la verdad y la justicia podrá marcar el camino para la reconstrucción social del país, desde el barrio hasta la nación.
El Padre Rafael García Herreros en su programa televisivo del Minuto de Dios celebrando el tradicional Día del Periodista decía, «Yo creo que los medios de comunicación, la radio, la televisión, debieran estar en una campaña casi continua de educación para la honradez y a la honorabilidad al pueblo que los escucha».
Parece que el Padre García Herreros nos estuviera hablando hoy en estas palabras, «una importante convocación de todos los medios de comunicación del país: radio, televisión y prensa. Nos reuniremos, ¿para qué? Para lanzar la gran campaña de la reconciliación nacional». Esa sería la gran propuesta que hoy deberíamos emplazar a un ejército de periodistas para que repensáramos en la nueva Colombia que hoy germen desde estas regiones azotadas, golpeadas, devastadas, azoladas por los embates de la violencia.
«Si llegáramos a interesar a todos los medios de comunicación, esta revolución pacífica se realizaría en poco tiempo. Cuando viajé en estas vacaciones por el ancho paisaje colombiano, me di cuenta de que todos los campesinos tienen su radio al lado del sembradío, para escuchar lejanas noticias; cuando van por las lomas, con su carga, tienen puesto el oído al pequeño transistor. Pensé en lo que sería una gran campaña de propaganda al mejoramiento, por la radio. Que todas las emisoras se hicieran un deber el transmitir diariamente un mensaje para lograr, en este sentido, entusiasmar en la construcción de la Colombia que soñamos», nos señalaba el Padre Rafael García Herreros.
Por otra parte, los medios de comunicación nos abruman con noticias superficiales, que no nos permiten entrar en la profundidad donde se encuentra Dios. Los periódicos, la radio, la televisión hacen al hombre actual esencialmente frívolo, superficial y vacio. Realicemos una campaña en retomar los valores que hacen de una región grande.
La tradicional celebración del Día del Periodista nos permite reflexionar sobre la honda tarea de su contribución a la paz pública y son ellos los protagonistas del quehacer diario del aporte a la construcción de una región donde todos nos abracemos sin ninguna distinción ni apego.
Dios siga iluminando a los Periodistas!
Por: Orlando Parga Rivas
Fuente : http://www.diariodelhuila.com/opinion/el-periodista-constructor-de-la-paz-cdgint20170208132929178