El Ranking del desempeño fiscal del departamento y los municipios

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Agustín Ordoñez G.
Agustín Ordoñez G.

La ubicación del Putumayo y sus municipios en el ranking del Desempeño Fiscal que establece el Departamento Nacional de Planeación (DNP), es un tema que parece despertar sentimientos de amores y rencores políticos guardados, que se anteponen e impiden cualquier tipo de análisis serio, profundo y objetivo del tema, en algunos casos por falta de conocimiento y en otros por conveniencia. Por esto hemos escuchado y leído comentarios, unos alegres y otros descalificadores, pero siempre superficiales.

Desde dichos puntos de vista la gente termina creyendo o tratando de hacerle creer a los demás, según la conveniencia, que si un departamento o municipio están bien ubicados en el ranking del Desempeño Fiscal es porque el gobernador o el alcalde son muy buenos y que si, por el contrario, están mal ubicados, significa que son malos. Esto no necesariamente o no siempre es así, porque el Desempeño Fiscal es bastante relativo y porque esta clasificación no es integral o completa.

Sin desconocer la importancia del tema y de tener una buena ubicación para la administración y sin entrar a analizar el caso concreto de la ubicación del Putumayo y sus municipios en este ranking, es importante considerar algunos factores que deben tenerse en cuenta en su definición.

El Desempeño Fiscal, aunque a algunos les sonará a cuento, se desprende de las políticas y las medidas de Ajuste Fiscal que la Banca mundial les exige y les impone a los países en desarrollo, como Colombia, como condición para acceder a créditos internacionales y de esta manera garantizar su pago. Al someterse a este tipo de medidas, como siempre y de rodillas lo hace Colombia, cada país a su vez se obliga y tiene que aplicar políticas de ajuste fiscal a sus entidades territoriales, lo que significa reducirles los recursos para necesidades básicas y mayor exigencia de generación de ingresos propios y ahorro.


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Un ejemplo muy claro y concreto de estas políticas lo constituyó en Colombia la disminución de las transferencias de recursos a los departamentos y municipios para educación, salud, agua potable y saneamiento básico, que se planteó a través de los Actos Legislativos 01 de 2001 y 04 de 2007, que fueron aprobados por el Congreso a pesar del clamor del pueblo colombiano y que se hizo efectiva en la Ley 715 de 2001, que creó el pírrico Sistema General de Participaciones (SGP). Todas estas políticas, impuestas al país y por ende a sus entidades territoriales, tienen una misma meta y propósito: El Servicio de la Deuda. O sea garantizar que el país no invierta mucho en los social para que pague su deuda externa y que los departamentos y municipios demuestren que con la platica del SGP es suficiente para sus necesidades básicas y que cumplan también sus obligaciones crediticias.

El DNP asigna puntaje sobre el recaudo de impuestos, endeudamiento, gastos de funcionamiento y otros factores. Entre los componentes o criterios indicadores están: Porcentaje de Ingresos Corrientes Destinados a Funcionamiento, Magnitud de la Deuda, Porcentaje de Ingresos que Corresponden a Transferencias, Porcentaje de Ingresos que Corresponden a Recursos Propios, Porcentaje del Gasto Total Destinado a Inversión, Capacidad de Ahorro.

Lo anterior significa que las entidades territoriales que no tienen ingresos propios y que por tanto tienen que destinar mayor porcentaje del SGP para funcionamiento tendrán un bajo puntaje. Si destinan mayores recursos para funcionamiento significa que bajará el porcentaje de inversión, por esto tendrán otro bajo puntaje. Para generar ingresos propios tendrían que crear mayores impuestos o incrementar los ya existentes, sino lo hacen tendrán otro bajo puntaje. Quienes están endeudados y tengan dificultades en el pago, también bajarán su puntaje. Etc.

Esos son algunos de los criterios que aplica el DNP para determinar el Desempeño Fiscal y que pueden observarse en la tabla de clasificación. En ninguna parte y de ninguna manera estos criterios evalúa a un Gobernador o Alcalde en aspectos tales como la gestión en la consecución de recursos, las obras sociales y de infraestructura que haya hecho a través de su gestión, la gobernabilidad, la credibilidad de la gente, el nivel de transparencia en el manejo de los recursos, etc.


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Existen mandatarios que solo se dedican a medio administrar la pobreza del SGP y no gestionan nada. Otros que se dedican a gestionar recursos y conseguir obras de desarrollo para su territorio. Los hay también que no hacen ni lo uno ni lo otro o lo hacen mal. Los habrá también que logran las dos cosas. Conocemos casos de municipios que en determinado momento han estado muy bien ubicados en el Desempeño Fiscal, que incluso han sido premiados por eso, pero cuya administración en todo su periodo no mostró una sola obra importante para su municipio.

Repito que no se puede desconocer la importancia que este tema tiene en la administración y la necesidad de hacerlo bien y estar bien ubicado, pero se debe entender que no es solo esto lo que determina si un mandatario es bueno o malo, sino las obras, las cuales no se pueden hacer solo con los recursos del SGP. Para muchos, me incluyo, es preferible un Gobernador o Alcalde gestionador, emprendedor, dinámico, que haga gestión y obras, aunque no esté bien ubicado en el Desempeño Fiscal, a uno que está bien ubicado pero no ha hecho nada. A veces es posible lograr las dos cosas, pero no necesariamente lo uno es condicionante de lo otro. Obviamente lo ideal sería que le fuera bien en todo.

Lo preocupante son las entidades territoriales y sus gobernantes a quienes les va mal en todo sentido.

Usted cuál prefiere.

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