¿De qué unidad se habla en los partidos?

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“Los enterradores del partido no pueden convertirse en parteras del nacimiento electoral” – Jorge Eliecer Gaitán

Por estos días, en el departamento del Putumayo, se escucha hablar con entusiasmo de la unidad de algunas colectividades u organizaciones políticas por una profunda crisis.

Las preguntas generadoras de otras preguntas y de múltiples respuestas podrían ser: ¿De qué unidad están hablando? ¿De la unidad de los que siempre se han beneficiado de los partidos? ¿De los mismos con las mismas? o ¿De la unidad de las mayorías de miembros y simpatizantes de esas colectividades? ¿Por qué en la proximidad de las elecciones que se avecinan y no antes? ¿A quién o a quienes conviene la unidad?

Contrario a lo que se piensa, la unidad de un partido que no tenga raíces en sus bases es frágil, se rompe fácilmente,bien sea por la insatisfacción de las demandas o expectativas de uno o más de sus aspirantes, por el desconocimiento de los acuerdos o sencillamente por el descubrimiento de la abierta o solapada preferencia, hacia uno de ellos, por parte de quien en su momento consideran como su jefe.

La unidad de un partido en crisis no se puede reducir a una consulta o a la simple aceptación de reglas de juego por parte de un pequeño grupo de respetables aspirantes. La unidad debe darse a partir de una evaluación seria de su manejo y conducción, de la consideración de la renovación de sus cuadros directivos, de cambios estructurales. El proceso de la unidad debe darse desde las bases hacia arriba y no únicamente desde la dirigencia hacia abajo.