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En pleno centro de Bogotá taitas indígenas de las comunidades Kamsá e Inga del putumayo realizaron un ritual sagrado para exigir el consejo de Estado que garantice los derechos de las comunidades a la vida y a la tierra, frente al despojo que se pretende con la construcción de la carretera variante Mocoa–San Francisco en sus territorios ancestrales. Cantos, música de armónicas y danzas sagradas sirvieron de refuerzo a la acción popular que se encuentra en segunda instancia y que el Consejo de Estado debe resolver.
Durante la planeación del proyecto se olvido deliberadamente la existencia Kamentzá e Inga, el proyecto se ejecutará en parte con prestamos otorgados por el Banco Interamericano de Desarrollo, los sueños y anhelos de estas comunidades indígenas quedaron plasmados con sus palabras como lo manifiesta uno de los taitas asistentes al ritual.
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