Agrotóxicos en el territorio-I

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John Elvis Vera Suarez

John Elvis Vera Suárez

Cada día se advierte con más vehemencia, cómo las actividades de la agricultura convencional vienen contaminando suelos y aguas de los territorios. Se obtienen productos comestibles con ayuda de agroquímicos que atentan contra la vida, tanto de los ecosistemas, como la salud de los seres humanos.

No sobra recordar que estos agrotóxicos fueron productos de la primera guerra mundial, creados para la muerte de pueblos enemigos. Se asegura que más de 500.000 toneladas de plaguicidas prohibidos y obsoletos están arrumados en los llamados países en desarrollo, los cuales representan una verdadera amenaza para la salud de millones de habitantes de estos, diseminados por el mundo y para el cada día más deteriorado ambiente. 

En la historia colombiana no podemos olvidar la muerte masiva de al menos 61 niños y 4 adultos, más otras 165 intoxicados atendidos en el hospital de Chiquinquirá. Tragedia acontecida en noviembre 26 de 1967.


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Envenenados al consumir pan hecho con harina contaminada por el insecticida Folidol. Este fue prohibido por el ICA, dos décadas después, al ser considerado por la Organización Mundial de la Salud, OMS, como un químico “sumamente peligroso”.

El 2 de enero de 1970, en Puerto López se presentó otra intoxicación masiva. Cuyo registro fue de 7 personas muertas y 190 intoxicados. Se conoció que se había contaminado el río Negro con ‘plaguicidas organoclorados’, al parecer con paration o metil paration, en la fumigación de cultivos de arroz, con la consecuencia de la muerte de peces y su consumo por parte de los habitantes. 

En el año de 1977, en la ciudad de Pasto ocurrió una tercera intoxicación masiva con plaguicidas en Colombia. Con al menos 300 afectados, 120 hospitalizados y 15 muertos.

Para 2007, desde la secretaría de Salud del Putumayo se informó de intoxicación de 18 campesinos como consecuencia de la fumigación con glifosato de cultivos ilícitos en Orito. Para noviembre de 2009 se aseguraba de un nuevo caso con 276 personas intoxicadas con glifosato en el mismo municipio.   


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La FAO, en estudios de años atrás, viene evidenciando sobre efectos dañinos producto de la utilización de los llamados plaguicidas y fitosanitarios. Cada día es mayor la diversificación de dichos productos, para cada uno de los renglones y momentos de la actividad agrícola y pecuaria.

Resalta consecuencias graves por dicha contaminación en cuencas hidrográficas: muerte de organismos, lesiones, cánceres, tumores, perturbaciones hormonales, infertilidad, supresión del sistema inmunitario, daños en el ADN, deformidades físicas, efectos intergeneracionales, etc. A su vez afirma que “los efectos producidos en los organismos y en el medio ambiente constituyen una advertencia de las posibles repercusiones en la salud humana”. 

En la siguiente entrega, indagaré sobre el uso de agrotóxicos en el Quindío. Gracias a la investigación realizada por la química, Ángela Rivera Camelo, comprometida con la divulgación de los riesgos para la salud humana, por los plaguicidas y demás tóxicos vertidos a nuestros ríos.


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