Por : John Elvis Vera Suarez
Hoy como consecuencia de acciones de la guerra Rusa a Ucrania, con sus múltiples explicaciones, razonamientos y consecuencias, ha enardecido respuestas multilaterales del occidente liderado por la alianza militar OTAN y con el pretendido aislamiento comercial y diplomático del Gigante Ruso ¿O más bien del otrora Imperio Ruso?
Ante la saturación mediática con la desinformación al servicio de un lado de la historia, no sobra en estos momentos resaltar algunos datos como insumo para que comprendamos un poco más del contesto de los sucesos del día a día en este extenso mundo.
Desde el año de 1775, Estados Unidos, ha realizado 33 invasiones y/o intervenciones militares en el continente americano y 28 más en el resto del planeta. En el año de 2018 realizaba oficialmente intervenciones militares en siete (7) países (Afganistán, Irak, Siria, Yemen, Somalia, Libia, Níger), a la vez contaba para ese mismo año con al menos doscientos mil (200.000) militares en 180 países.
En Afganistán perdieron la vida alrededor de 171.804 personas, entre ellas mujeres, niños y ancianos. La invasión a Irak ha dejado al menos 1’210.000 muertes. En Siria han sido 400.000 las vidas humanas que se han perdido. Según la ONU para el 2021 ya iban 377.000 muertes en la guerra contra el pueblo de Yemen. En Somalia, se habla entre 300.000 y hasta 1’000.000 de muertes y más de 1’500.000 desplazados. En Nigeria, han sobrepasado los tres millones (3’000.000) de muertos y se estima en cuatro millones (4’000.000) los desplazados. Y no se puede olvidar las 6’300.000 vidas que costó la guerra del Vietnam.
Cuando las llamadas potencias, se involucran en acciones militares incluyendo las invasiones, nunca lo hacen por altruismo o en defensa de la plena democracia y libertad de los pueblos. Detrás de estas supuestas acciones altruistas, están hoy en día, los intereses de la poderosa e influyente industria militar, la expansión de sus mercados y el saqueo de los territorios que han sido sometidos.
Y como el rechazo a la guerra va en aumento, es hora de pensar seriamente en suprimir todos los ejércitos del mundo, así esto suene como sacrilegio en un país que sigue adorando la guerra. No a la guerra, si a la paz.
Nota: Se eligió un nuevo Congreso de la República que deben liderar las expresiones sociales y políticas que apoyen el cambio para una Colombia más justa, democrática y diversa en armonía con la naturaleza. Será un periodo con toda la oposición de los que han sustentado gobiernos corruptos y criminales contra el mismo pueblo. Entre todas y todos debemos aportar nuestro grano de arena para que esta nueva etapa signifique un avance sustancial para el país soñado. Debemos tener claro los alcances posibles y las dificultades que se irán presentando en la medida que se quiera avanzar como sociedad. Sin desespero, pero con la convicción que para construir país es necesario el esfuerzo colectivo en la cotidianidad en cada territorio y con objetivos comunes.