Por Carlos Hernán Catro Almario.
Mauricio ganó el símbolo con el cual se identifica un reality de televisión y de paso nos dejó muchas enseñanzas de aplicación inmediata para cada uno de los putumayenses.
En lo que nos dejó ver el canal privado por donde se presentó este reality, Mauricio se caracterizó por ser una persona cargada de cosas diferentes y hasta contrarias. Fue introvertido pero decidido, respetuoso pero distante, original pero sagaz, noble pero astuto, confiado pero precavido, sensible pero fuerte y sin lugar a dudas humilde y persistente. Todos estos valores y atributos fueron saliendo en la medida en que Mao los descubría en sí mismo a través de los demás.
Demostró que las cosas se ganan con esfuerzo y que ese propósito solo se alcanza, si en beneficio propio se cumplen a cabalidad todas las reglas de juego, siendo la principal el respeto a la palabra dada. Así mismo, dejó ver que para alcanzar las metas más grandes y nobles es preciso tener unas motivaciones de igual tamaño y trascendencia. Supimos de la necesidad de una vivienda para su familia y unas herramientas para hacer su trabajo. Nunca sus estímulos estuvieron por fuera de lo que él es como persona en la vida ó por cosas extravagantes. Aún así, nos dejaron ver a un hombre que en forma honesta aprovechó para si una oportunidad que le dio la vida.
No se le escucho decir, como el caso del “loco”, que sus motivaciones estaban ligadas con el reconocimiento por abanderar una causa colectiva como la atención y el respeto a la gente de la calle.
Mauricio hoy nos parece un héroe porque puso en práctica en su relación con los demás, principios y valores que difícilmente pueden verse reflejadas en las figuras públicas de nuestro departamento como los políticos, gobernantes y dirigentes tradicionales, no obstante, esos méritos están en muchas personas que como él pasan desapercibidas todo el tiempo en esta región, sencillamente porque no tienen plata, carecen de los medios para hacerlas visibles para todos o simplemente no les interesa.
Sin lugar a dudas Mao es para todos nosotros un ejemplo a seguir; lo que si no puede pasar es que sea el único emblema del Putumayo para mostrar porque a los demás nos cuesta trabajo dejar de pensar que la vida nos la tenemos que ganar fácil y que es mejor votar por un gobernante corrupto que nos comparta de poquito a algunos y de paso entierre nuestra dignidad y posibilidades de mostrar los verdaderos valores y talentos que llevamos dentro.
Por eso valdría la pena preguntarnos si Mao es el reflejo de lo que en verdad hoy somos los putumayenses.