Por : John Elvis Vera Suarez
Creo no estar equivocado al comenzar con una pregunta: ¿Cuántas zonas verdes, nuevos parques urbanos, calles peatonalizadas y arborizadas, se han abierto al publico en nuestras ciudades en lo que llevamos del presente siglo?
Se afirma que la OMS (Organización Mundial de la Salud), recomienda que las ciudades sin importar su tamaño deben contar con al menos 9mts2 de zonas verdes por habitante, pero a la vez sugiere que lo ideal serian 50mts2. Ahora bien, lo que podríamos asegurar es que en la medida que es más contundente el Calentamiento Global, el aumento de la arborización y zonas verdes en las ciudades, urge para volverlas espacios resilientes, generadoras a su vez de bienestar y disfrute para la ciudadanía y no áreas causantes de enfermedades y muerte.
Pero no bastaría con crear nuevos parques y arborizar las ciudades. La misma OMS nos recomienda vivir a máximo 300mts de espacios verdes urbanos, los cuales deberían de ser con más de 5.000m2 de área. Por su parte en la Comunidad Europea están recomendando que estos no estén a más de 15 minutos a pie de su residencia.
El Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible, desde 2019 lanzó BIODIVERCIUDADES UN MODELO PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE. Parte del reconocimiento de Colombia como país megadiverso, afirmando que con esto se prepara a las “ciudades para los retos socioambientales actuales y futuros, que conservan y usan la biodiversidad con un enfoque urbano-regional como herramienta para el desarrollo de ciudades sostenibles”.
Pero Renaturalizar los espacios urbanos, disfrutar de la Diversidad Biológica en las ciudades y en ultimas volverlas Ciudades Verdes, o más allá, crear Ciudades Humanizadas, no basta con estas mínimas acciones en la planificación de nuestros territorios. Son mucho más amplias las transformaciones que se deben asumir con la prontitud en que la crisis climática y ecológica lo requiere. No tenemos tiempo para discusiones eternas en torno a la urgente necesidad de salvar no solo el planeta como se expresa comúnmente, sino salvar a la misma especie humana y conservar y mejorar nuestros entornos para una vida digna. Las instituciones conjuntamente con la ciudadanía debemos de actuar decididamente en la transformación de los territorios en procura de la construcción de una Sociedad en Armonía con la Naturaleza.
Ciudades con bajas emisiones de gases efecto invernadero, menos contaminación acústica, con construcciones bioclimáticas, con habitantes con una alta educación ambiental, ciudades con corredores biológicos que conecten los diferentes relictos boscosos, con sus quebradas y ríos urbanos conservados para el disfrute ciudadano, con más calles peatonalizadas y arborizadas debidamente, con jardines verticales en sus edificaciones, con más espacio para la cultura y la recreación, con mejor transporte público masivo y eléctrico, con menos vías para los automóviles y más espacios para los peatones. Con autosuficiencia energética sustentable. Menos ciudades grandes, más ciudades pequeñas. Ciudades incluyentes sin desigualdades y más democráticas.