Los putumayenses estamos cansados de escuchar el intenso bombardeo de mensajes que por la radio diariamente lanzan adivinos, brujos y hierbateros ofreciendo toda clase que fórmulas mágicas para curar toda tipo de enfermedad, así como también, para cerrar cuerpos contra prácticas hechiceras, rezos y conjuros, atraer o traer al ser querido, acabar con los llamados “salamientos” y entregar los amuletos de la buena suerte hechos con materiales sagrados traídos desde diferentes partes del mundo, bendecidos por santos y santones pertenecientes a diferentes religiones.
Quiénes son
Son hombres y mujeres que se esconden detrás de nombres sugestivos o que sutilmente insinúan las prácticas hechiceras de su lugar de origen: el Chamán Amazónico, los Santeros Carabanos, la Hermana Ramayana, el Hermano Paulo de la Santísima Trinidad, Breyan Internacional, los Hermanos Giussanos, etc., etc.
Como las siete plagas de Egipto, llegan por oleadas para vivir cómodamente a costillas de la ingenuidad y debilidad sentimental de sus víctimas. Generalmente son los mismos con distinto nombre y timbre de voz, unas veces hablan como paisas, otras como indios o costeños. Con la complaciente complicidad de los dueños y gerentes de los medios de comunicación asaltan la buena fe de las personas que atraviesan por críticas situaciones económicas o sentimentales.
El contenido de sus programas
El contenido de sus programas es una mezcla de religión, sicología, psiquiatría, economía y mejoramiento personal, tienen de todo, como en botica, porque saben que finalmente, al oyente en problemas, alguna parte de su discurso le cae. Su estrategia de comunicación termina siendo certera, eficaz ya que capturan ingenuos e ingenuas que pagan lo que sea con tal de que le solucionen su problema.
El truco más utilizado y rentable
Las cartas que leen afirmando que son enviadas por radioescuchas fieles de sus programas, generalmente son escritas por ellos mismos, exponen casos que pueden interesar a los potenciales clientes y terminan firmándolas con nombres sugestivos que hacen parte del señuelo o carnada para pescar incautos: “corazón desecho”, “mujer desesperada”, “abandonado”, “empresario en banca rota”, “desempleado”, “amante traicionado”. Acto seguido, proceden a dar respuesta de acuerdo a la carta astral, para lo cual incluyen fecha, día y hora del nacimiento, casi siempre el problema tiene origen o causa en el trabajo, rezo o salamiento que le hace su enemigo oculto el que prometen mostrar en un vaso de agua o bola de cristal si asiste a su consultorio. Si alguien llama al programa, son personas pagadas y preparadas cuidadosamente para hacerlo, hacen parte del show y por supuesto, de la intrincada red o atarraya con la que pescan cantidad de incautos e ignorantes del verdadero interés que se esconde detrás de estos embaucadores.
Cómo se promocionan
Sus cuñas radiales son sugestivas, por ejemplo: “Ramayana en tres días hizo volver a mi mujer que se fue con otro y me hizo ganar el chance”, “Ramayana me hizo vender la finca y ganar la lotería”, “Ramayana me hizo volver a mi esposo y conseguir cinco mozos en menos de dos meses”.
Los amuletos para la protección de maleficios y de la buena suerte coinciden con ciertas épocas del año y les ponen nombres que combinan las creencias religiosas con el paganismo, entre muchos otros, “Cruz de Caravaca”, “Colmillo del Lobo Sagrado”, “Manilla de los siete metales”, “Tierra Santa”, “La Estrella de David”.
La verdad
Detrás de todo está el verdadero interés, el dinero fácil y con él: comodidad, lujo y bienestar. Con el dinero de los parroquianos incautos, los adivinos, brujos y hierbateros viven bien vestidos, en su cuello y manos lucen costosas joyas, compran vehículos lujosos, de último modelo, viven en una casa o apartamento dotado de todo, sostienen sus secretos vicios o dependencias, consiguen lempos de compañeros o compañeras, tienen cuentas en los bancos y en los bolsillos siempre cargan rollos de dinero en efectivo. Lo anterior hace parte del show para descrestar pues demuestran que son prósperos, que son poseedores de la buena suerte y que el éxito los persigue.
En síntesis: los adivinos, brujos y hierbateros son unos vivos que viven bien a costillas de los bobos y bobas desesperados y desesperadas que buscan afanosamente algo o alguien que les ayude a solucionar lo que muchas veces ya no tiene solución.