Por: Mag. J. Alexander Africano M.
El pasado 23 de octubre de 2021 cerca de las 07:00 P.M., en el barrio Tequendama del municipio de Puerto Asís, se produjo la muerte de Lorena Patricia, una joven mujer de 29 años de edad y madre de 03 menores, oriunda de la costa atlántica y quien recientemente habría llegado al Putumayo.
Es un trágico hecho, donde solo una mente demencial como la de su pareja pudo haber causado tan funesto hecho y peor en presencia de sus tres pequeños seres inocentes quienes tuvieron que presenciar como el “asesino” le causaba golpes con arma corto –contundente (machete) hasta desmembrar sus dedos y dejar sin vida a su ser más amado y bendecido de la tierra.
Escribo estas letras en honor a la memoria de Lorena patricia de quien lamento profundamente se haya tenido que trasladar de su territorio para venir a morir de forma tan indignante en otro donde se respira el mismo aire y donde lo único que cambia es la cultura. No quiero imaginar los momentos de terror que pudo haber vivido antes de que su verdugo le impusiera desde su mente criminal su muerte tan fría como su alma.
Es escalofriante tratar de narrar este hecho y es que imagino los gritos de auxilio, pero también imagino a quienes escucharon su llamado y se quedaron de brazos cruzados esperando que venga otro (la policía) a atender este tipo de situaciones a sabiendas de que está en juego la vida misma de una vulnerable Mujer.
Dar a conocer que ya había violencia intrafamiliar con anterioridad es pisar una llaga moral que nos debe doler a todos como sociedad pues seguramente Lorena Patricia no era la culpable de su desgracia, tal vez ella no busco otra condición distinta a darle un hogar a sus hijos o al menos a mejorarles su calidad de vida; tal vez ella no sabía que a su alrededor estaba una “bestia salvaje” que la acechaba y amedrantaba diciéndole que era su posesión y que “era sólo de él”; ella lo eligió pero no su sentencia, ella solo quería ver a sus hijos ser felices en su infancia, verlos correr y crecer; creo solo pedía mínimamente eso.
No podemos como sociedad seguir naturalizando la violencia contra la Mujer, justificando el actuar criminal de parejas o exparejas que se agreden hasta el punto de eliminarse, como tampoco podemos seguir habituando argumentos de culpa sobre las mismas Mujeres como si fueran estas las desgracias de nosotros los hombres, de ninguna manera y desde mis letras rechazo este acto cobarde de violencia contra la Mujer y rechazo que la comunidad se quede cruzada de brazos esperando el “chismorreo”, no podemos seguir la violencia desde el hogar como una forma de llevar la vida.
No conocí a Lorena Patricia, pero me duele profundamente su muerte, como me duelen las más de 15 mujeres asesinadas en el 2021 en Putumayo, ni que decir de los casi 200 ciudadanos que han muerto de forma violenta en especial en zona rural.
Hoy fue Lorena Patricia mañana puede ser una de aquellas que en este mismo momento están siendo amenazadas, perseguidas, asediadas por la perversidad de quienes se creen dueños de ellas. En tal virtud, mi llamado a las Mujeres a denunciar, a protegerse, pero sobre todo a que se brinde el acompañamiento de las Instituciones del estado en su obligación de brindar condiciones de seguridad; mi llamado sincero a no dejarlas solas.
Por eso mi llamado a la sociedad civil, a las instituciones, a la misma iglesia cualquiera que sea la religión que profese, a la academia, al sector educación y en general, pero especialmente a las mentes psicópatas para que no atormenten la tranquilidad de los seres que nos dan la vida, no es posible que les estemos dando con una mano una flor y con la otra: machetazos.