Por : Mauricio Fajardo
Tengo sentimientos encontrados con la Variante Mocoa – San Francisco. De un lado está la necesidad de una vía digna para el tránsito de los putumayenses y la interconexión vial de la región, que permita una comunicación más corta y «segura» entre la frontera y el centro del país.
De otro lado el uso que se le dará cuando comience la fase de explotación de los recursos minerales a cielo abierto, con los proyectos de minería a gran escala que se encuentran en curso.Un título minero otorgado hace 11 años por la ANM permitirá explorar y explotar 11.391 hectáreas entre las veredas Campucana del municipio de Mocoa y la Vereda Minchoy del municipio de San Francisco. Afectando la cuenca alta y baja del río Mocoa y otros valores ambientales escenciales del ecosistema.
En la fotografía que exhibo a continuación se observa un pequeño y frágil hilo de agua que corresponde nada más ni nada menos que la cuenca alta del río Mocoa. Afluente del río Caquetá que tambíen es afluente del río Amazonas.
La variante Mocoa – San Francisco es una necesidad apremiante para el desarrollo económico de la región, es un homenaje a tantas vidas humanas que se han perdido desde el momento de su construcción, pero si permitimos que se avance con los proyectos de megaminería en el piedemonte amazónico será una vía más insegura que el mismo trampolín de la Muerte.