John Elvis Vera Suarez
Según información oficial para el viernes 2 de abril, ya se habían aplicado 33.114 vacunas en el Departamento del Quindío.El Plan de vacunación en el Departamento se inició oficialmente el 19 de febrero. Es decir, en 43 días se han aplicado en promedio 771 diarias.
Si se sigue a este ritmo se necesitarán 779 días para vacunar por una sola vez a los 600.000 habitantes que indican puede tener en estos momentos el Quindío. Pero como son dos vacunas por cada persona estamos hablando de al menos 1.558 días, como quien dice se necesitarían cuatro años, tres meses y una semana.
Ahora bien, según el DANE la población de niños, niñas y adolescentes en Colombia, es del 31%. Si descartáramos esta población que por ahora no está incluida en el Plan de vacunación, entonces sería solamente 414.000 la población a ser vacunada en el Departamento. Incluso así, necesitaríamos 1.063 días. Es decir, se requerirán tres años para lograr la vacunación programada.
Estos estimativos, se pueden aproximar en términos generales a cualquier región del país. En primer lugar, la adquisición de las vacunas por parte del gobierno nacional ha sido tardía. Su entrega a las entidades regionales no ha sido oportuna como lo han denunciado tanto el alcalde de Medellín como la primera autoridad del Distrito Capital. Y para rematar según el propio ministro de salud, en la mayor parte de los departamentos la vacunación no ha estado al ritmo que la emergencia sanitaria amerita.
Agravando el panorama nacional, ahora resulta que no hay suficiente personal médicoespecializado en cuidados intensivos y faltan vacunadores entrenados debidamente. Mientras vemos como en Francia, por ejemplo, personal de bomberos colaboran en esta valiosa labor de vacunación.
A lo anterior debemos agregar como los mensajes contradictorios de los voceros del gobierno y sus principales aliados de los gremios económicos, han incidido directa o indirectamente en el comportamiento errado de la población, relajando el distanciamiento social y las medidas de bioseguridad. Agregando a esto como sectores religiosos con influencia en la población han sido negacionistas acérrimos de la pandemia.
Nota: Según información recibida reiteradamente, la mayor parte del personal de Cosmitet, EPS que atiende al magisterio del Quindío, no han sido vacunados y no saben aun cuando lo serán. ¿Será lo mismo en todas las entidades de salud del Departamento? No solamente los tienen tercerizados profundizando su explotación laboral, sino que los siguen exponiendo al contagio cuando supuestamente deberían ser los primeros en ser protegidos con la vacuna.
La inmensa mayoría del profesorado sigue aun sin ser vacunado y desde las directivas educativas se les insiste en que deben asistir a la alternancia sin ninguna garantía de su salud y de su propia vida ante esta pandemia. Queriéndolos entusiasmar con la torpe idea de que ellos también pueden ser héroes.