Por : Andrés Cancimance
En Putumayo, la política electoral sigue dominada por los hombres. Y, las pocas mujeres que lograron hacerse a algún cargo de elección popular durante la contienda de 2019, representan y fueron avaladas por partidos políticos hegemónicos o tradicionales. Esas son dos conclusiones que me dejó el ejercicio de revisar las cifras de inscripción de candidaturas a la asamblea, las alcaldías y los concejos municipales, así como los resultados electorales del pasado 27 de octubre.
Con el ánimo de iniciar una reflexión sobre el lugar que ocupan las mujeres en la política electoral, decidí escribir este artículo. Se trata de un texto coyuntural, pues solo me centro y presento estadísticas de las elecciones de 2019. Así que queda toda una tarea por profundizar en este tema y analizar, desde múltiples miradas, si en este departamento estamos avanzando hacia la equidad de género en la política y si nos interesa como ciudadanías o dirigentes políticos –de manera genuina-, apoyar, promover y fortalecer los liderazgos femeninos para que lleguen al poder político, para que tengan su propia voz en ese espacio donde se toman decisiones, para que construyan y defiendan agendas colectivas en beneficio de la diversidad de mujeres que hay en Putumayo, porque si hay algo cierto es que, históricamente, las mujeres putumayenses han liderado importantes procesos comunitarios y organizativos a favor de la defensa de la vida, la paz y los territorios.
Habría que revisar las cifras de elecciones anteriores a las de 2019, habría que rescatar las voces de las mujeres que han participado como candidatas, de cómo hicieron sus campañas, qué garantías de seguridad tuvieron, de las que se retiraron a medio camino, de las bases sociales que las apoyaron, de los representantes de partidos que les dieron el aval, de las que ganaron y ejercieron los cargos, de cómo lograron financiar sus campañas, de las mujeres que participan en las Juntas de Acción Comunal o en otros procesos sociales y organizativos, de las mujeres indígenas, afros y campesinas que han sido candidatas. Solo cuando ampliemos la información, podremos darnos cuenta si las mujeres en Putumayo tienen cabida en la política o solo han llegado a ocupar estos cargos para encarnar temporalmente un poder masculino que las utiliza de comodín.
¡Abro el debate!
1. Las candidaturas en 2019
Durante la pasada contienda política, un total de 1.531 personas se inscribieron como candidatas a algún cargo de elección popular en Putumayo. El 64,1% de esas candidaturas la obtuvieron los hombres y solo el 35,9% fueron para las mujeres (Ver tabla 1).
Gobernación
Ninguna mujer participó como candidata a la gobernación, pese a que ese cargo y, por primera vez en la historia política del departamento, estaba presidido por una de ellas.
De hecho, la inscripción de las mujeres como candidatas a una gobernación en todo el país fue baja. La Registraduría Nacional del Estado Civil y ONU mujeres reportaron que para las elecciones de 2019 solo existieron 20 candidatas frente a 145 candidatos. De ese total de inscritas, solo 2 ganaron la elección (Atlántico y Valle del Cauca). Una cifra que pone de presente una reducción de la presencia de las mujeres en los poderes regionales ya que, durante las elecciones de 2015, 5 mujeres ganaron la contienda en los departamentos de La Guajira, Magdalena, Meta, Putumayo y Valle del Cauca.
Alcaldías
Si se revisan las cifras de las candidaturas a los otros cargos de elección popular, se puede concluir que donde menos posibilidad de participación tuvieron las mujeres fue en las alcaldías municipales, el segundo cargo de importancia local en los territorios.
De un total de 74 personas inscritas a las alcaldías, 13 fueron mujeres, lo que representa solo el 17,6% frente a un 61% correspondiente a candidaturas masculinas (61 candidatos). En 4 municipios, entre ellos la capital departamental, no hubo representación femenina (Santiago, Mocoa, Puerto Guzmán y Orito). Mientras que en Puerto Leguízamo, 3 de las 4 candidaturas fueron de mujeres. Un caso atípico en todo el departamento. Por su lado, en Villagarzón y Puerto Asís se inscribieron 2 y, en 6 municipios, se registró la candidatura de una mujer (Ver gráfica 1). A excepción de Puerto Leguízamo, en los municipios donde se inscribieron mujeres, los hombres duplicaron o triplicaron en cantidad como candidatos.
De las 13 mujeres candidatas, 3 se inscribieron bajo el aval del partido tradicional Conservador; 2 por el partido de centro derecha Cambio Radical. A su vez, una fue avalada por el Polo Democrático Alternativo, un partido de izquierda. Otra optó por participar con el aval de Colombia Renaciente, un partido apoyado desde lo Nacional por las disidencias liberales. Finalmente, 6 mujeres optaron por armar coaliciones. Una de ellas se fue con el co-aval de la derecha de este país, los partidos Centro Democrático y Colombia Justa Libres, mientras que las otras cinco incluyeron en sus candidaturas el co-aval de algún partido de centro, centro izquierda o progresista (Ver tabla 2).
De las candidaturas a las alcaldías, también me llama la atención que en 3 de esos 9 municipios con representantes femeninas, ellas obtuvieron una votación extremadamente baja. Las siguientes dos gráficas muestran esta tendencia:
Habría que cuestionar entonces sobre ¿el por qué de esa votación tan baja para ellas?, ¿fueron candidaturas de relleno?, ¿estas mujeres tuvieron garantías para llevar a cabo sus campañas en las zonas rurales y urbanas de sus municipios? ¿Se mantuvieron como candidatas hasta el final de las campañas o se unieron a alguno de los candidatos hombres? ¿Quiénes y bajo qué intereses impulsaron o animaron sus inscripciones como candidatas?.
Ahora, si se compara la votación obtenida por las mujeres en todos los 9 municipios con candidaturas femeninas, tenemos que en un municipio obtuvieron la victoria (San Francisco), mientras que en Sibundoy, Valle del Guamuéz y Puerto Leguízamo, lograron avanzar hasta el segundo lugar. Y, si se suma la votación de las tres mujeres de Puerto Leguízamo, se observa que sobrepasan con más de la mitad al ganador (Ver Gráfica 4).
Asamblea Departamental y Concejos Municipales
En términos de candidaturas a la asamblea departamental y a los concejos municipales, se observa un leve incremento de la participación de las mujeres. Esto, sin lugar a dudas, obedece a la obligación que tenía cada partido, movimiento político o coalición de cumplir con el porcentaje de género (30%) en cada una de las listas inscritas (artículo 28 de la Ley Estatutaria 1475 de 2011). Esto se puede evidenciar en las estadísticas: El 38% de inscripciones a la asamblea departamental corresponde a mujeres (47 candidatas versus 77 hombres) y el 36,8% a candidatas a los Concejos municipales (489 mujeres versus 839 hombres) (Ver gráfica 6).
De la puesta en marcha en lo estipulado en la Ley Estatutaria 1475 de 2011, queda la pregunta de si estos partidos, movimientos políticos o coaliciones solo pusieron en sus listados a las mujeres como un relleno para no quedar por fuera de la contienda electoral, pues sin ese requisito no era posible participar. Y esta autoreflexión y autocrítica debe estar presente en cada uno de los partidos si queremos avanzar hacia una verdadera equidad de género en la política. Como Colombia Humana UP Putumayo ya la estamos haciendo y hemos identificado que fallamos como movimiento social político frente a este tema. Tenemos el compromiso de corregir esa situación.
2. Los resultados electorales
En Putumayo, el pasado 27 de octubre se eligieron a 178 personas para ocupar algún cargo público (Ver gráfico 7).
El 14,4% de esos cargos quedaron en manos de las mujeres y el 85,6% en las de los hombres. Eso significa que solo 26 mujeres, de las 549 que aspiraban a algún cargo de elección popular, lo lograron. Esto nos da un porcentaje de éxito para ellas del 4,7% en toda la contienda electoral. Un dato bajo si se compara con los resultados que obtuvieron los hombres: 152 elegidos de 982 inscritos, lo que nos da que el porcentaje de éxito para el género masculino fue del 15,5%.
La siguiente gráfica resume cómo quedaron conformadas, según el género, la Asamblea Departamental, las Alcaldías y los Concejos municipales[2] (Ver gráfica 8).
En cada cargo de elección popular, los hombres ocupan más del 80% de los puestos, mientras que las mujeres no superan ni siquiera el 20% (Ver gráfica 9).
Estos resultados permiten plantear que Putumayo está en deuda con la participación política de las mujeres y que hay una sub-representación del género femenino en los cargos de poder.
Aunque no hay que desconocer que a diferencia de las elecciones del año 2015, en esta ocasión ganó una mujer a la alcaldía. Sin embargo, se redujo considerablemente, el número de mujeres en la Asamblea Departamental: de 6 solo quedaron 2.
En términos de los Concejos Municipales, también se evidenció una reducción de 2 mujeres, pues durante el periodo 2016-2019 ejercieron este cargo un total de 25 mujeres, mientras que ahora la estadística es de 23. Del periodo actual también se puede observar que en 2 de los 13 municipios no quedó ninguna mujer elegida. De hecho, San Miguel vuelve a repetir con este tipo de ausencias, pues para el periodo anterior tampoco ganó una mujer al Concejo de ese municipio[3]. En todos los demás municipios, las curules actuales para ellas son mínimas, a excepción de Valle del Guamuéz, donde 4 mujeres ejercen como concejalas, una de ellas, gracias al Estatuto de la Oposición y a su valiente decisión de aceptar la curul. Esto no pasó con las mujeres de Sibundoy y Puerto Leguízamo que obtuvieron la segunda votación, ellas no tuvieron el interés de ser concejalas después de haber sido candidatas a la alcaldía. De hecho, la del municipio de Puerto Leguízamo, hace parte del equipo del gobernador actual, desempeñándose como secretaria de gobierno departamental (Ver gráfica 10).
3. ¿Y las conclusiones?
Dejo en ustedes, amigos y amigas lectoras, todas las conclusiones que podamos extraer de estas estadísticas que a través de estas palabras escritas les compartí. Escríbalas como un comentario a esta publicación, envíemelas a mi correo electrónico (cancimance5@gmail.com) o a mi whatsApp (3205619656). Entre todos y todas podemos enriquecer este texto e inventarnos estrategias para avanzar hacia una política que le abra las puertas a las mujeres en sus múltiples roles e identidades. Personalmente, sueño con la posibilidad de una política menos patriarcal.
Andrés Cancimance López
Doctor en Antropología y Trabajador Social
Universidad Nacional de Colombia
Diputado de la Asamblea Departamental de Putumayo por la Colombia Humana UP 2020-2023
[1] Agradezco a Victor Santiago Cuesvas Guerrero quien me apoyó con la consolidación de algunos datos y me hizo algunas recomendaciones de redacción. También a Carlos Caicedo, quien escuchó atentamente y, a altas horas de la noche, cada borrador de este artículo.
[2] Recordemos que no hubo participación de las mujeres al cargo de gobernación.
[3] Mientras que los municipios de Sibundoy y Villagarzón avanzaron, porque de no tener ninguna mujer concejal pasaron a dos y a una respectivamente.