Por: Carlos Alberto Caicedo Enríquez.
La Pandemia del Covid-19 dejó al descubierto todo el deterioro que vive Putumayo desde hace siglos: abandono estatal central, corrupción local y regional. En este punto, usted amigo lector puede seguir mencionando todos los males que nos aquejan, bienvenido(a).
Básicamente, nuestro terruño es la guarida de todos los males que matan a una sociedad, sin embargo, resistimos y seguimos de pie.
Me resulta emotivo observar todas las voces ciudadanas que en redes sociales se pronuncian inconformes y denuncian. En Putumayo denunciar es peligroso, todos lo sabemos, aún así por encima de esto prima la intolerancia por la corrupción, los putumayenses no nos quedamos callados.
En esta parte del texto usted vuelve y participa, ¿cuántas mafias ha identificado?Putumayo tiene el cartel de las ambulancias, los medicamentos, el combustible, la madera…en fin, una estructura delincuencial que tiene un brazo político, y son ellos los que los eligen para después robarse los recursos públicos.
El 2020 es el año de la reflexión colectiva, de replantear nuestro actuar como sociedad, debemos cuestionar la relación que tenemos con el entorno, incluso debemos replantear nuestro proyecto de vida. Seguir avanzando desde lo individual y creyendo que el que hace trampa, roba, mata y se hace rico a cuesta de la desgracia de los demás es nuestro héroe, es el principal síntoma de nuestra enfermedad social.
La cruel realidad es que Putumayo vive entre pandemias, la buena noticia es que de nosotros depende que sigamos enfermos.