John Elvis Vera Suarez
Por mucho que alardeé Trump desde su trono acusando a China, todo parece indicar hasta ahora, que en la destrucción continua de la naturaleza y la utilización popular de algunas especies animales silvestres, está el posible origen de la actual y futuras pandemias.
Mientras la OMS (Organización Mundial de la Salud), recomienda continuar con el aislamiento social y el confinamiento general, por el riesgo de un rebrote de mayores dimensiones del virus, algunos gobiernos al parecer presionados por el poder político-económico, impulsan timoratos, medidas flexibles para generar ganancias a las grandes empresas, menospreciando la vida humana.
Interesante la tarea del Magisterio brindando conocimiento a su estudiantado, aprendiendo en el ejercicio y utilizando las nuevas herramientas digitales. El mayor problema que encuentran es la falta de conectividad de sus alumnos y que su labor se ha duplicado en tiempo. Pretender normalizar la labor educativa a través de la conectividad digital (internet), sin capacitación debida y sin ejecutar medidas eficaces para que esta sea universal, suena más demagógica que real.
Con la experiencia que están adquiriendo las entidades y empresas en el teletrabajo debido a la actual contingencia sanitaria, es el momento de impulsar esta manera de laborar. Los ahorros por movilización y la oportunidad de quedarse en casa, puede aportar significativamente en la calidad de vida de los empleados y trabajadoros. Claro que esto no debe convertirse en una escusa para desmejorarlos salarialmente y aumentar sus horarios de trabajo.
La Insistencia en respaldar y fomentar la Agricultura de Cercanía, adquiere hoy suma relevancia. La agricultura campesina no solo es soporte económico en cada localidad o territorio, sino que garantiza la seguridad y soberanía alimentaria en época de aislamiento social y confinamiento. La autonomía de las regiones solo se logra con producción local.
Al parecer con el confinamiento ha mermado considerablemente la agresión al Ambiente. Menos humanos sueltos por ahí, menos tala e incendios forestales, menos tráfico ilegal de fauna silvestre, menos obras civiles arrasando o modificando drásticamente espacios naturales, menos basuras y excrementos de mascotas en espacios públicos, etc.
No pueden seguir negando la pobreza. El “trapo rojo”, que en muchos lugares fue colgándose de las ventanas en los barrios de las ciudades populosas, es la muestra que el hambre sigue rondando una buena parte de las familias colombianas. Con un gran índice de desempleo y con una economía informal que bordea el 60%, no se puede esperar que haya seguridad alimentaria.
Chimeneas industriales altamente contaminantes apagadas,tráfico vehicular disminuido en un gran porcentaje, aviones estacionados, barcos en puertos, parques temáticos cerrados y fauna silvestre deambulando libremente.
¿Salud Pública o Privada? Disminuido el sistema hospitalario. Deteriorada la infraestructura hospitalaria. Esta pandemia ha puesto al descubierto en el mundo entero como la salud puesta en manos de empresas privadas solo buscan lucrase a costa precisamente de la salud pública.