Fuente : LaRepública
Es una buena noticia para la media Colombia, la región amazónica colombiana, que después de 23 días de que se anunciara en nuestro país el primer caso de Covid-19, aún no se registre ninguno en este territorio.
Las medidas que tomaron gobernadores y alcaldes en los primeros momentos en que se anunció que la pandemia había llegado fueron fundamentales, especialmente el toque de queda a la población.
No sabemos con certeza que coincidencia tienen los departamentos del Caquetá, Putumayo, Guaviare, Amazonas, Vaupés, Vichada y Guainía para que por fortuna aún en sus territorios no se presenten casos de coronavirus, lo único cierto es que esta región posee uno de los sistemas de salud con mayores dificultades en este país.
Solo en el departamento del Caquetá, territorio con aproximadamente 500.000 habitantes, esto es, como 40% del total de la población en la Amazonía colombiana; las EPS públicas y privadas de los regímenes contributivo y subsidiado adeudan a las ESE departamentales (hospitales públicos) millonarios recursos.
Al Hospital María Inmaculada, centro de referencia medica más importante de la región amazónica, las EPS le adeudan mas de $50.000 millones; solo la EPS Asmet Salud del régimen subsidiado le adeuda a este hospital $13.000 millones de pesos. También entidades públicas tienen deudas con el María Inmaculada: la Gobernación del Caquetá (dueña del Hospital) debe $2.900 millones; Nueva EPS, $3.200 millones, y la Previsora, $4.200 millones, entre otras.
Estas deudas, generan que varios hospitales públicos de la región amazónica colombiana estén anunciando ir a paro en las próximas horas, protestas legitimas lideradas por Anthoc (Asociación Nacional Sindical de Trabajadores y Servidores Públicos de la Salud). Varios hospitales de la región amazónica no están al día en el pago de salarios y honorarios al personal de la salud, adeudan hasta cuatro meses algunos de ellos.
Algunos de estos hospitales tampoco garantizan las dotaciones necesarias para proteger la vida de los médicos, enfermeras y en general profesionales de la salud, pues no pagan hace años a sus proveedores. En los departamentos de Amazonas, Vichada, Vaupés y Guainía no hay camas de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), y en departamentos como Caquetá y Putumayo las camas de UCI que existen están en la red privada de hospitales y se encuentran con un alto porcentaje de ocupación.
Mientras en Bogotá se están instalando hasta 5.000 nuevas camas hospitalarias y aspira pasar de 1.000 a 4.000 camas de UCI en la guerra contra el coronavirus, en algunos departamentos de la región amazónica colombiana la red de hospitales públicos quiere entrar a paro.
El Gobierno Nacional en el marco de la emergencia decretada debe garantizar el pago de salarios y honorarios al personal de la salud, garantizar las dotaciones para proteger su vida, ampliar el número de camas hospitalarias y de UCI, y garantizar la instalación de laboratorios de biología molecular para procesar los test de coronavirus, y así proteger la vida del millón de habitantes que viven en la mitad de Colombia.