No es fácil tomar la decisión de prescindir de algunos escritos y programas que ofrecen distintos medios de comunicación del departamento que contaminan y empobrecen el ambiente familiar, comunitario, institucional y social.
El hacerlo produce excelentes beneficios
Liberarse de programas “tóxicos”, “chatarra” o “basura” que se presentan en la televisión, permite llevar a cabo un proceso de desintoxicación espiritual gradual y paulatina, así como también, recuperar tiempo valioso para dedicarlo a sustanciales quehaceres personales, familiares, institucionales y sociales. La imagen del televisor tiene el poder de captar la atención del televidente y fijarla en los enlatados audiovisuales sustrayéndolo de la realidad y haciéndole perder valioso tiempo que se podría invertir en quehaceres más importantes para la supervivencia y bienestar social. Mientras esto ocurre, el mensaje verbal que acompaña a la imagen, mediante una inteligente y hábil manipulación de la información, de manera silenciosa se encarga de realizar la tarea de crear necesidades, despertar ilusiones, generar expectativas, vender e imponer modelos ideales de hombres o mujeres que terminan alienándolos y esclavizándolos.
Igual situación sucede al dejar de escuchar programas radiales desde los que diariamente se bombardea al radioescucha con información que enturbian o envenenan la mente, el corazón y el espíritu propiciando el odio y el resentimiento que impiden el desarrollo y el bienestar de los municipios y el departamento.
Lo mismo ocurre con ciertos artículos de la prensa escrita con artículos virulentos en contra de gobernantes y funcionarios, generalmente no responden a una estructura ideológica claramente definida. La supuesta oposición es supremamente pobre en su argumentación puesto que no pasan van más allá del insulto y de temerarias acusaciones.
Más beneficios
Lo primero que se recupera es la sensibilidad humana, la persona se siente liviana, despejada, la persona se mira así mismo y a los demás como son: seres humanos con defectos pero también con virtudes. El odio comienza a desaparecer y el espíritu se aclara de tal manera que deja ver y entender los hechos o acontecimientos en su verdadera dimensión. El ser humano se vuelve más objetivo, dispuesto al diálogo, al acuerdo, al perdón.
Lo segundo que se recupera es el reconocimiento de sí mismo, del otro y de los otros, como partes de una comunidad que comparte un entorno geográfico, cultural y político administrativo en el que cada uno debe aportar a su construcción con identidad y pertenencia. Se recobra el respeto por los demás y la solidaridad.
Beneficios personales
Gran parte del tiempo se puede dedicar al cultivo personal, por ejemplo, aumentar nuestros conocimientos a través de la lectura o en desarrollar nuestras habilidades practicando un deporte, arte u oficio, descubriendo o inventando nuevas cosas y procedimientos, creciendo espiritualmente por medio de la meditación o la oración, escribiendo. De ésta manera el tiempo se transforma en productivo. El ocio es bueno pero con medida, no olvidemos que los extremos no son recomendables.
Beneficios familiares
En lo familiar se recuperaría y enriquecería la comunicación. Se incrementaría el tiempo que se dispone para atender sus necesidades y se lograría mejor comprensión entre sus miembros para elevar y fortalecer la unidad familiar porque es aquí donde se originan problemas que después se reflejan en la comunidad: intolerancia, irrespeto, violencia, falta de comunicación.
Beneficios sociales
En lo social, hombres y mujeres recuperarían la capacidad de reconocerse como miembros de una comunidad en la que hay mucho por hacer. Se comprendería que, pese a las diferencias que puedan existir, es posible unirse para lograr objetivos y metas de beneficio común, que podrían dedicar gran parte de su tiempo a aportarle al desarrollo local y departamental en aspectos que requieren de sus conocimientos, de sus experiencias, de sus esfuerzos y sus buenas relaciones.
Es tiempo de tomar una decisión trascendental
Bueno sería que evaluáramos cual es nuestra situación frente a los medios de comunicación. Si cada día nos sentimos cargados de odio y resentimiento por lo que vemos o escuchamos, es el momento de tomar una decisión trascendental en relación al uso indebido e irreflexivo que hacemos de los medios de comunicación.
A manera de conclusión
Si somos selectivos en leer artículos de periódicos y revistas, ver o escuchar las programaciones de radio y televisión, si somos cuidadosos en filtrar y desechar los elementos tóxicos o nocivos que ellos contienen, comenzaremos cada día a recuperar la armonía interior, la capacidad de amar a nuestro pueblo y a sus gentes, independientemente de la religión, partido político o clase social a la que pertenezcan, pronto veremos cómo vuelve a florecer la amistad, la camaradería y la solidaridad entre nuestras gentes y sobre todo, seremos capaces de unirnos para transformar el presente y construir un futuro mejor.
Jaime Armando Erazo Villota