A mediados del año 2014 el precio del barril de petróleo oscilaba en los U$96 dólares, pero a finales del mismo los precios se desplomaron hasta los U$49 dólares; la crisis se profundizó en 2016, cuando el precio bajó al alarmante valor de US$26,5 dólares.
Esta se extendió casi hasta 2018, e incluso en 2019 aún sentimos repercusiones de esta caída de precios, una de las más largas de la historia. Pero esta variación de precios no afectó solamente a la industria, sino la percepción general sobre la ingeniería de petróleos, profesión que actualmente cuenta con 10.853 profesionales autorizados para ejercer en Colombia, una carrera que tenía la reputación de ser una de las mejor remuneradas en el país.
Debido a esto, de acuerdo con las cifras del Consejo Profesional de Ingeniería de Petróleos – CPIP, durante la crisis no fue tan notable la disminución de graduados de esta carrera de 617 a 609 graduados anuales entre 2014 y 2019, ya que habían iniciado su carrera 5 años atrás entre 2009 y 2013, años dorados de la industria en el país, y donde la demanda por la carrera alcanzó topes que no se habían visto en años anteriores. Pero si tenemos en cuenta a los colegas que iniciaron su carrera desde el año 2015 en adelante, las proyecciones dejan ver que a 2023 se graduarán 253 ingenieros de petróleos, el 55% menos que los graduados en 2019.
La crisis hace notoria la sobre oferta de profesionales para las oportunidades de trabajo existentes, lo cual generó, y sigue generando, una tasa de desempleo alta en nuestra profesión, que asciende en promedio al 41%.
Esto nos deja que: el mercado se auto regula, la oferta y la demanda de la profesión puede tener una correlación positiva con el precio del petróleo y la crisis que este genere por un amplio periodo de tiempo con precios bajos. Además, en estos años de crisis ha venido en aumento movimientos que rechazan la industria petrolera, y que la acusan de ser uno de los principales agentes de afectación del medio ambiente, esto ha generado que muchos de los potenciales estudiantes sintieran que la profesión es vergonzante y por ende desistieran de estudiarla.
Desde Acipet y el CPIP hemos visto la necesidad de replantear los pensum académicos de las universidades que ofrecen la carrera, enfocados a formar profesionales con visión más amplia del sector energético. Además, el futuro de los ingenieros de petróleos depende en gran medida del comportamiento del sector a nivel global y local, y de que así mismo puedan desarrollar capacidades integrales como un segundo idioma, estudios en proyectos y gestión ambiental.
De acuerdo a estadísticas suministradas por Latin American Human Resources y Petragroup, firmas reclutadoras, coinciden en que el dominio del inglés es básico y predominan las vacantes en exploración, perforación, producción y yacimientos. Petragroup reportó que en el 2018, del 100% de ofertas recibidas (579), 35% fueron para trabajar en Colombia y 65% para trabajar en lugares como: EEUU, Medio Oriente, África y otros países de América Latina.
A pesar de las dificultades que ha atravesado la profesión y del futuro que le espera en la transición energética del país, con orgullo conmemoramos cada 14 de septiembre, el Día del Ingeniero de Petróleos en Colombia, debido a que en esta fecha fue promulgada la Ley que regula nuestra profesión.
Carlos Alberto Leal Niño
Presidente JD Acipet