Después de 19 años de la masacre paramilitar en El Placer, Valle del Guamuez, es desolador recorrer las principales carreteras y observar que a pesar del tiempo esta zona no ha logrado reponerse de esta incursión, cuyas heridas siguen abiertas al punto en que hoy, este pequeño caserío, anclado al lado de vastos potreros e imponentes ríos, parece un pueblo fantasma.
Lujosas viviendas fueron abandonadas tras este cruento hecho donde varios pobladores fueron asesinados acusados por los ‘paras’ de ser auxiliadores de la guerrilla. Lo ocurrido también provocó el desplazamiento de decenas de familias que tuvieron que dejar sus animales y tierras para endosar las cadenas de miseria en municipios como Mocoa, Florencia, o Pasto.
El contexto de la toma es tan extenso como crudo. Desde 1999 Putumayo, por su condición de región fronteriza con el Ecuador y su aislamiento había atraído al M-19, el Epl, ejércitos privados de narcotraficantes de los carteles de Cali y Medellín y el frente 48 de las Farc que se habían encargado de disponer de esta zona que ya empezaba a perder autoridad.
Y fue cuando el 7 de noviembre en un día de mercado 36 miembros del Bloque Sur Putumayo de las AUC arribaron al pueblo, bajaron de los camiones en los que se movilizaban y empezaron a disparar indiscriminadamente. Ese día, los ‘paras’ asesinaron varias personas quedando a su suerte por temor a represalias. Luego los paramilitares del Bloque Sur Putumayo, que después sería reemplazado por el Central Bolívar, desplazando a este grupo armado y convirtiendo a la región en una base militar.
Y aunque el presidente Santos estuvo hace unos años pidiendo perdón por la tragedia, entregando 200 viviendas gratis, buses escolares, subsidios de vivienda, recursos para proyectos productivos El Placer cada día se encuentra más abandonado pues tuve la oportunidad de conocer la zona que ni siquiera cuenta con establecimientos públicos, pues como lo mencionaba alrededor del 50% de esa población decidió abandonar su vivienda y por ello el progreso se ha ido al vacío.
Cabe recordar que enero de ese mismo año 150 paramilitares del Bloque Sur se tomaron a la inspección de El Tigre de este mismo municipio acabando con la vida de 28 personas. Asesinatos, desaparición forzada, la quema de viviendas, motocicletas y vehículos; maltratos físicos y verbales a mujeres, fueron acciones emprendidas por esta avanzada paramilitar durante el 9 de enero que también marcó la vida de familias inocentes.
Muchos pobladores afirman que El Placer pasó a convertirse en el infierno con la llegada de subversivos que transformaron la vida de personas inocentes víctimas de una crueldad inimaginable y que a pesar del tiempo en horas de la noche es muy común escuchar el lamento de las víctimas que fueron masacradas en aquel entonces, especialmente los niños que tuvieron que abandonar sus estudios para lograr sobrevivir.
A pesar de que han pasado varios años y así mismo la firma de un proceso de paz la comunidad sigue con ese temor de que nuevos grupos guerrilleros se tomen la zona y ocurra otra tragedia, pues aseguran que el Gobierno se olvidó por completo de ellos y la pobreza se apoderó de los más vulnerables.
Por: Leydi Figueroa
Fuente : Diariodelsur