Lo elemental ya esta dicho. La furia expresada en los medios contra Maduro, por su lenguaje, por sus acciones contra los expulsados, por las imágenes que valen más que mil palabras, etc.. Todo ha sido visto y empieza a ser una repetición que se manipula, que se exacerba, a ambos lados de la frontera. Debe abonarse que Santos y su gobierno han asumido el único camino cuerdo: el de la diplomacia y la solución negociada a esta situación con el Gobierno Venezolano en la frontera.
Este es un momento para la unidad de los colombianos. Lo que debemos definir es ¿qué nos unirá en esta crisis?
El objetivo han de ser sólo las personas, los expulsados groseramente por Maduro y muy especialmente los nacionales que habitan en la zona fronteriza con Venezuela en regiones de Norte de Santander, Arauca, La Guajira, Cesar, Boyacá, Vichada y Guainía. También los de los límites con Ecuador en lugares de Putumayo y Nariño, en la frontera con Perú y Brasil por el lado del Amazonas, Guainía y Vaupés o en el Darién Chocoano en límites con Panamá.
Lo que se pone en evidencia es que debemos hacer un plan de fronteras de hondo calado y que a las 4G del vicepresidente Vargas hay que anteponerle las 5F abandonadas y perdidas en la espesa niebla de las violencias, la inexistencia de Estado y el abandono permanente de los colombianos que allí malviven. Sobre este asunto no podemos echarle la culpa ni a Maduro ni a nadie. Los confines del país han estado abandonados por siempre y este hecho explica en buena medida nuestra historia, nuestras guerras, nuestros demonios y vilezas recicladas generación tras generación. Y sobre esto han sido y son responsables todos los gobiernos que hemos tenido.
Por tanto, la prioridad es la atención de la emergencia y la construcción y financiación de un plan en las 5 fronteras que lleve servicios básicos como seguridad, acueductos, energía, carreteras, educación de calidad, inserción laboral y no dádivas vía subsidios. En fin, reconocer a sus pobladores como ciudadanos colombianos más allá de la bandera, el himno y la pantomima electoral que ven como negocio elección tras elección.
La cada vez más desprestigiada Comisión Asesora de Relaciones Exteriores debe ser complementada con un equipo territorial de fronteras que monitoree, acompañe, emita conceptos y rinda cuentas sobre los avances de ese plan de las 5F que surja con ocasión de esta crisis como oportunidad para los colombianos de esas zonas. La situación y el clima de solidaridad que se han generado en la opinión no debe dejarse perder. Hay una gran oportunidad para abrirle paso a una presencia integral del Estado en los territorios fronterizos y como todo tiene que ver con todo, lo más seguro es que ello lo sea también para la implementación y consolidación del pos acuerdo en esos territorios. Porque los griegos a la diosa Ocasión la pintaron calva para decir que las oportunidades hay que agarrarlas por los pelos y no deben dejarse pasar. Esta situación de la frontera es una gran Ocasión, si salimos de las respuestas y los chillidos elementales.
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Tomado de SEmana.com
http://www.semana.com/opinion/articulo/alvaro-jimenez-las-oportunidades-de-la-crisis-con-venezuela/440793-3