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Consternados se encuentran los habitantes del municipio por los daños ocasionados a más de 40 lapidas de las tumbas del cementerio de la localidad. Según las denuncias manifestadas en la radio local, no se trata de la primera vez, es un hecho que se repite y las autoridades religiosas, civiles y policivas no han determinado ninguna acción contra lo sucedido.
Vecinos del sector, que pidieron reservar el nombre, señalaron que puede tratarse de un grupo de personas que dañan las lapidas para retirar el bronce y posteriormente comercializarlo. Otros ciudadanos argumentan que el cementerio se ha convertido en lugar de consumo de bebidas embriagantes y alucinógenos.
Lo cierto es que las entidades responsables del lugar y ciudadanía deben aunar esfuerzos para mantener la tranquilidad del campo santo.