Las opiniones expresadas por los columnistas son de su total y absoluta responsabilidad personal, no compromete la línea editorial ni periodística de MiPutumayo Noticias
Por : Germán Ortiz Ch.
El reciente episodio en Puerto Asís, Putumayo, pone de manifiesto las profundas tensiones internas dentro de la ‘Segunda Marquetalia’, un grupo armado que surgió como escisión de las Farc tras el proceso de paz de 2016. La desautorización de Iván Márquez a su jefe negociador, Walter Mendoza, y las dificultades para verificar la autenticidad de la carta que lo confirmaba, reflejan no solo la fractura en el liderazgo del grupo, sino también el futuro incierto del proceso de paz con el Gobierno colombiano.
Este desencuentro, que se produjo en el contexto de una reunión destinada a reactivar el diálogo, ha dejado claro que la unidad dentro de la ‘Segunda Marquetalia’ sigue siendo un desafío considerable. La guerrilla, compuesta mayoritariamente por excombatientes de las Farc, ha vivido con disputas internas desde su fundación en 2019, y esto sigue siendo un obstáculo para alcanzar un acuerdo duradero.
Para el Gobierno colombiano, la disposición de continuar con las negociaciones, incluso en medio de estos obstáculos, muestra un compromiso con la paz. No obstante, la falta de consenso dentro del grupo insurgente sobre cómo avanzar pone en riesgo la credibilidad del proceso. Aunque Mendoza asegura que «la mesa continúa», la pregunta es si hay suficiente voluntad política de ambas partes para superar las divisiones internas y avanzar hacia una paz estable.
Este momento delicado exige un liderazgo firme y coherente. Si el proceso de paz no logra sortear las tensiones internas dentro de la ‘Segunda Marquetalia’, es posible que se convierta en otro ciclo de promesas incumplidas. Solo el tiempo dirá si, finalmente, habrá un compromiso real por parte de los actores involucrados para alcanzar la reconciliación.