Por Agustín Ordoñez González – Presidente de la ASEP
La imagen siempre venerable de la iglesia Católica y la relación histórica de respeto y afecto que hemos mantenido con los jerarcas y sacerdotes del Vicariato Apostólico de Sibundoy y luego con la Diócesis de Mocoa Sibundoy, se han visto resquebrajadas y debilitadas por algunas actitudes y acciones de algunos de quienes ostentan esta representación de la Iglesia en nuestro departamento. Actitudes y acciones que no precisamente tienen que ver con la fe, la caridad, la pastoral social ni con ningún dogma de la iglesia, sino más bien con los negocios y hasta con la política.
Es triste y sobre todo muy preocupante que la comunidad haya tenido que organizarse para defenderse de la Diócesis, como en el caso del Goretti, porque nunca antes habían visto en ella una amenaza. Es desastroso que se tengan que hacer marchas y protestas para rechazar este tipo de actuaciones, porque hasta hace un tiempo nadie se hubiera atrevido ni siquiera a pensarlo.
Es trágico que en plena homilía o sermón, una parte tan importante de la misa, presuntamente, unas personas hayan tenido que pararse, contradecir y exigir respeto por los ataques que un sacerdote lanzaba contra quienes han querido manifestar su descontento por toda esta situación. Nunca antes nos imaginamos que esto pudiera suceder, pero ha sucedido, no porque los putumayenses y mocoanos seamos violentos, agresivos o peligrosos como lo han dicho, sino porque nuestra dignidad nos obliga a reaccionar contra aquello que consideramos injusto.
Es muy preocupante que esté ocurriendo lo que manifestó un Diputado, que no es ninguno de los dos que el Obispo dice que lo atacan, cuando en plena Sesión de la honorable Asamblea Departamental, dijo lo siguiente: “….Hoy en día nosotros tenemos que olvidarnos de ese papel hermoso que hacía la iglesia en Colombia, ese papel hermoso que estaba dedicado única y exclusivamente a la religión y de pronto a darnos una manito en la educación, pero vemos y notamos con tristeza, que hoy por hoy la iglesia se encuentra entrometida en los asuntos políticos del departamento y yo veo a un padre de la iglesia la Inmaculada campaneándose como pavo real en las reuniones políticas del departamento y que ese padre hasta donde tengo entendido, de alguna manera representa un sector contratista con la Gobernación del Putumayo…… Vemos hoy un afán de poder, vemos hoy un afán por ese signo pesos….”. (Resaltado nuestro. Tomado del Acta de la Sesión de la Asamblea Departamental).
Es lamentable que la comunidad tenga que denunciar y presentar demandas por la presunta falsedad en algunos documentos que la Diócesis presenta para reclamar la propiedad de la planta física del Goretti, hecho en el cual estarían involucrados desde el Obispo y varios funcionarios públicos, hasta personas particulares que presuntamente fueron asaltadas en su buena fe y en la credibilidad que hemos tenido en los obispos y sacerdotes.
La comunidad educativa del Colegio Santa María Goretti de Mocoa, ha sido testigo de esto, porque se vio obligada a conformar el Comité Pro Defensa del Goretti y adelantar acciones de protesta para exigirles a algunos que entiendan que no pueden venir aquí y pisotear lo nuestro, que no pueden apropiarse de lo que la comunidad considera como suyo, no por el valor económico que tengan sino porque representan su patrimonio cultural y porque forman parte de su historia y su idiosincrasia. Cuando la comunidad conforma un Comité PRO DEFENSA, lo hace porque siente que está siendo atacada por algo o alguien y necesita unirse y defenderse.
Esto que nos ha tocado ver y vivir de parte de algunos representantes de la Diócesis, de la Iglesia a la que pertenecemos la mayoría de los putumayenses, nunca había sucedido antes y por nuestra mente jamás pasó que pudiera suceder, porque nadie pensó que fueran a presentarse las situaciones que la comunidad hoy ve con asombro y tristeza.
Pero parece que aquí los más preocupados por el futuro de la iglesia y la fe católica somos los feligreses putumayenses más que los propios representantes de la Diócesis involucrados en este desmoronamiento religioso, porque mientras nosotros lamentamos que se estén presentando este tipo de hechos, ellos persisten en sus actitudes y acciones y en lugar de dedicarse a corregir el rumbo mercantilista que lleva la Diócesis, se dedican a tratar de justificar su proceder, a desprestigiar a quienes se atreven a criticarlos, a señalar como violentos y peligrosos a quienes forman o formamos parte del Comité Pro Defensa del Goretti y han convertido a la educación pública en el blanco de sus ataques.
Siempre nos hemos preguntado con mucha inquietud qué es lo que hay detrás del interés y el afán de que las plantas físicas de algunas Instituciones Educativas en el Putumayo, las cuales la comunidad las conoce y las siente como suyas, sean declaradas como propiedad de la Diócesis y no del estado o del pueblo como debería ser. Con los obispos, los sacerdotes y ecónomos que hemos conocido hasta ahora y que son muchos, nunca antes había sucedido esto. Qué está pasando ahora?
Muchas personas en el Putumayo, entre ellas el señor Gobernador del Departamento le han solicitado al señor Obispo desistir de dichas pretensiones y dejar que las cosas sigan como han venido hasta ahora, pero no ha habido una respuesta positiva por lo que la comunidad tendrá que seguir defendiéndose.
El próximo 4 de Octubre de 2011 se realizará una Audiencia de Conciliación entre el Comité Pro defensa de la Institución Santa María Goretti y el Obispo, en el Juzgado 1º del Circuito de Mocoa, dentro del caso de la reclamación de la propiedad que está haciendo la comunidad, en la cual esperamos que la Diócesis desista de sus pretensiones y recobremos la armonía religiosa en nuestro departamento.
Mientras tanto el Comité Pro Defensa de la I.E. Santa María Goretti ha organizado para el próximo viernes 30 de Septiembre, a partir de las 7 de la noche, una marcha nocturna por las calles de Mocoa, acompañada con velas, como respaldo a la lucha de esta comunidad educativa y en espera a que esto termine de una vez para bien de todos.
Mocoa, Septiembre 27 de 2011.