Cada 15 de junio, según lo establecido por la Organización de las Naciones Unidas, se conmemora a nivel mundial el Día de toma de conciencia de abuso y maltrato en la vejez. Parte de la solución a cualquier comportamiento adverso para los mayores está en manos de los cuidadores y del modelo de atención en salud centrado en la persona.
Para nadie es un secreto que el mundo está envejeciendo, al punto que se espera que, en el año 2050, la población mundial mayor de 60 años alcance los 2.000 millones de personas, lo que tendrá repercusión en distintos sectores de la sociedad que van desde lo laboral, demanda de bienes y servicios y afectación financiera, a lo que se suma la base de la sociedad, que es la familia.
Hablar de la toma de conciencia de abuso y maltrato en la vejez, debería hacerse no solo desde la preocupante realidad, sino desde la preparación para llegar a esta etapa vital de la vida con decisiones claras, como lo recomienda la doctora Ana María Pardo Amaya, médica geriatra del Hospital Serena del Mar, institución que pertenece a la red de Coosalud EPS en Cartagena.
“Es importante planear como queremos envejecer y manifestarle a nuestra familia las voluntades o deseos que tenemos para ese momento de nuestras vidas. Es muy importante que capitalicemos para que esos deseos y voluntades sean una realidad”, asegura la especialista.
Aunque aún muchas familias se hacen cargo con amor y mucho compromiso de sus ‘viejos’, la realidad es que el trabajo, el estudio y en general el ritmo de vida actual, no facilita esta noble misión. “En mi práctica diaria veo que las familias se siguen preocupando por el cuidado de sus ancianos, pero realmente en muchas oportunidades puede agobiar y desgastar la salud del cuidador, en estos casos se recomienda el apoyo de hogares geriátricos o centros día”.
Pero esta es una decisión que no se debe tomar a la ligera, ni tampoco debe ser exclusiva de las familias, sino de cada persona antes de llegar a la vejez. El Ministerio de Salud y Protección social es el encargado de establecer directrices de calidad para estos centros y las secretarias distritales de salud son los encargados de velar por el cumplimiento de las garantías de calidad.
Esto no evita que las tasas de maltrato a personas mayores sean altas en instituciones como residencias de ancianos y centros de atención de larga duración: 2 de cada 3 trabajadores de estas instituciones indican haber infligido malos tratos en el último año, según comparte la página web de Naciones Unidas.
Ante este panorama, adquieren mayor relevancia los especialistas en geriatría, como la doctora Ana María Pardo, que describe esta especialidad de la medicina como la que se preocupa por el envejecimiento saludable y las enfermedades de los adultos mayores, de cómo tratarlas y prevenirlas.
“Con la geriatría se analizan y se interpretan no solo los cambios clínicos, sino también los sociales y funcionales propios del envejecimiento, lo cual permite realizar intervenciones adecuadas en salud a nivel individual, familiar y comunitario. Estas intervenciones incluyen la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación de los problemas propios de la vejez (como estado) y del envejecimiento (como proceso)”, explica la geriatra.
A lo largo del tiempo el concepto de salud y enfermedad ha cambiado y se ha dejado de ver como un estado del ser humano y actualmente se comprende como un proceso continuo que requiere de intervenciones diferentes a la realización de un diagnóstico o de establecer una cura.
Este modelo es reconocido por la OMS como el eje para mejorar los servicios de salud y pone como objetivo el cuidado basado en las preferencias y deseos de las personas tratando de mantener el envejecimiento activo – participativo, evitando de esta manera el edadismo (forma de pensar, sentir y actuar con respecto a los demás en función de su edad), base de los prejuicios y en muchos casos de los abusos y maltratos en la vejez.
“La valoración geriátrica integral, principal herramienta del médico geriatra, es la mejor manera de detectar cuales son las falencias del proceso de envejecimiento en cada persona y como mejorarlas para que la vejez sea una experiencia grata”, agrega la doctora Pardo, quien por invitación de Coosalud EPS y a propósito de la fecha del 15 de junio, también habla sobre la prevención del abuso y maltrato en la vejez.
“En Colombia tenemos leyes que protegen al adulto mayor, las cuales sancionan a quien dentro del entorno familiar cometa el delito de abandono, descuido o no vele por la satisfacción de las necesidades de los mayores” y reconoce que “el Estado ha promovido campañas de sensibilización sobre el maltrato en los adultos mayores y ha establecido protocolos de detección y notificación en casos de sospecha de maltrato”.
La profesional, recomienda que si en algún momento como ciudadanos sospechamos que un adulto mayor es víctima de maltrato se debe informar a las entidades responsables: Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Centro de Atención Integral a Víctimas de la Fiscalía General de la Nación, Instituto de Medicina Legal, línea 123 o a las Comisaria de Familia.
“No podemos compartir la responsabilidad de causar daño y tristeza a alguien vulnerable. Si se sospecha de algún tipo de acción u omisión que produzca daño, vulnere el respeto a la dignidad y los derechos de la persona mayor, se debe denunciar”. Finalmente, asegura que una manera de trabajar en la prevención, y que considera fundamental, es establecer programas de formación para cuidadores con especial énfasis en las demencias.