
𝘚𝘢𝘯𝘥𝘳𝘢 𝘊𝘩𝘪𝘯𝘥𝘰𝘺 𝘰𝘣𝘵𝘶𝘷𝘰 23.859 𝘷𝘰𝘵𝘰𝘴 𝘮𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘈𝘯𝘥𝘳𝘦́𝘴 𝘊𝘢𝘯𝘤𝘪𝘮𝘢𝘯𝘤𝘦, 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘲𝘶𝘪𝘷𝘢𝘭𝘦 𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘷𝘦𝘯𝘵𝘢𝘫𝘢 𝘥𝘦𝘭 131%.
Por: *Alexander Africano
Los números de la reciente consulta del Pacto Histórico no solo reflejan una competencia interna, sino una 𝐫𝐞𝐜𝐨𝐧𝐟𝐢𝐠𝐮𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐟𝐮𝐧𝐝𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐚𝐩𝐚 𝐩𝐨𝐥𝐢́𝐭𝐢𝐜𝐨 𝐩𝐫𝐨𝐠𝐫𝐞𝐬𝐢𝐬𝐭𝐚. En el tablero nacional, los resultados muestran una tendencia irreversible: 𝐒𝐚𝐧𝐝𝐫𝐚 𝐂𝐡𝐢𝐧𝐝𝐨𝐲 𝐬𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐨𝐥𝐢𝐝𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐞𝐥 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐫𝐨𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐨 𝐞𝐧 𝐏𝐮𝐭𝐮𝐦𝐚𝐲𝐨 𝐲 𝐮𝐧𝐚 𝐟𝐢𝐠𝐮𝐫𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐲𝐞𝐜𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐧𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥.
Con 𝟰𝟮.𝟬𝟭𝟬 𝘃𝗼𝘁𝗼𝘀 𝗮 𝗻𝗶𝘃𝗲𝗹 𝗽𝗮𝗶́𝘀, de los cuales 𝟴.𝟲𝟱𝟬 𝗳𝘂𝗲𝗿𝗼𝗻 𝗲𝗻 𝗣𝘂𝘁𝘂𝗺𝗮𝘆𝗼, Chindoy demuestra que su liderazgo 𝐭𝐫𝐚𝐬𝐜𝐢𝐞𝐧𝐝𝐞 𝐟𝐫𝐨𝐧𝐭𝐞𝐫𝐚𝐬 𝐭𝐞𝐫𝐫𝐢𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚𝐥𝐞𝐬‧ 𝐌𝐚́𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝟕𝟗% 𝐝𝐞 𝐬𝐮 𝐯𝐨𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 (𝟑𝟑.𝟎𝟎𝟎 𝐯𝐨𝐭𝐨𝐬) 𝐩𝐫𝐨𝐯𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐝𝐞 𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐩𝐚𝐫𝐭𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬, un fenómeno político inédito para una lideresa que apenas empieza a construir su carrera pública. Esto confirma que el país está reconociendo en ella una voz auténtica, indígena y femenina, con capacidad de conexión nacional.
En contraste, 𝐀𝐧𝐝𝐫𝐞́𝐬 𝐂𝐚𝐧𝐜𝐢𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞, quien en 2021 obtuvo más de 22.000 votos y una curul en la Cámara, no logró sostener su base electoral. 𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐮𝐥𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟓 𝐚𝐥𝐜𝐚𝐧𝐳𝐨́ 𝟭𝟴.𝟭𝟱𝟯 𝐯𝐨𝐭𝐨𝐬, 𝐮𝐧𝐚 𝐜𝐚𝐢́𝐝𝐚 𝐬𝐮𝐩𝐞𝐫𝐢𝐨𝐫 𝐚𝐥 𝟭𝟱𝟯% 𝐟𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐚 𝐬𝐮 𝐩𝐨𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐡𝐚𝐜𝐞 𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨 𝐚𝐧̃𝐨𝐬 (8.316). Aunque conserva una presencia sólida en 𝗣𝘂𝘁𝘂𝗺𝗮𝘆𝗼 (𝟴.𝟯𝟭𝟲 𝘃𝗼𝘁𝗼𝘀), su influencia se ha reducido, evidenciando su influencia se ha reducido, evidenciando su influencia se ha reducido, evidenciando desgaste, desconexión o falta de renovación estratégica. 𝐄𝐥 𝐦𝐞𝐧𝐬𝐚𝐣𝐞 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐮𝐫𝐧𝐚𝐬 𝐞𝐬 𝐜𝐥𝐚𝐫𝐨: 𝐞𝐥 𝐥𝐢𝐝𝐞𝐫𝐚𝐳𝐠𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐭𝐫𝐚𝐧𝐬𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚, 𝐬𝐞 𝐚𝐠𝐨𝐭𝐚.
El tercer actor en esta ecuación es 𝐌𝐢𝐠𝐮𝐞𝐥 𝐀́𝐧𝐠𝐞𝐥 𝐑𝐮𝐛𝐢𝐨, quien con 𝟭𝟮.𝟮𝟰𝟲 𝘃𝗼𝘁𝗼𝘀 𝗲𝗻 𝗣𝘂𝘁𝘂𝗺𝗮𝘆𝗼 y un total de 𝟐𝟎.𝟕𝟐𝟑 𝐚 𝐧𝐢𝐯𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐩𝐚𝐫𝐭𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥,, logra una votación competitiva que lo coloca como pieza clave en la recomposición progresista regional. Su caudal lo convierte en un actor con potencial para construir alianzas y equilibrio territorial, sobre todo en el escenario de cara a 2026.
Si los datos se consolidan en las cifras finales, el panorama es contundente: Putumayo no solo mantiene su fuerza política dentro del Pacto Histórico, sino que 𝐚𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐚́ 𝐞𝐧 𝐩𝐨𝐬𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐩𝐫𝐨𝐲𝐞𝐜𝐭𝐚𝐫 𝐮𝐧𝐚 𝐬𝐞𝐧𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐚𝐫𝐫𝐚𝐢𝐠𝐨 𝐥𝐨𝐜𝐚𝐥 𝐲 𝐫𝐞𝐬𝐨𝐧𝐚𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐧𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥.
𝐒𝐚𝐧𝐝𝐫𝐚 𝐂𝐡𝐢𝐧𝐝𝐨𝐲 𝐞𝐧𝐜𝐚𝐫𝐧𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐧𝐚𝐫𝐫𝐚𝐭𝐢𝐯𝐚: 𝐥𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐮𝐞𝐛𝐥𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐝𝐞𝐧 𝐫𝐞𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐚𝐫𝐬𝐞 𝐚 𝐬𝐢́ 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨𝐬. Su crecimiento electoral no es casual; es el resultado de años de resistencia, visibilidad social y construcción de confianza desde abajo.
En un país cansado de la política tradicional, su irrupción es una buena noticia para la democracia. No por desplazar a otros, sino por ensanchar la representación y elevar la voz del territorio en los debates nacionales.
Putumayo, históricamente marginado en la toma de decisiones, hoy envía un mensaje contundente:
“𝐘𝐚 𝐧𝐨 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐯𝐨𝐭𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐞𝐥 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐨, 𝐚𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐥𝐨 𝐥𝐢𝐝𝐞𝐫𝐚𝐦𝐨𝐬.”
Y si algo parece seguro tras esta jornada, es que 𝐏𝐮𝐭𝐮𝐦𝐚𝐲𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐲 𝐯𝐚 𝐚 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐫 𝐒𝐞𝐧𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚.
*Consejero de Paz de Putumayo
*Los datos numéricos están sujetos a variaciones mínimas