
Por : Mauricio Aguilera
Frente a lo que se vivió ayer en nuestro municipio, donde se entregaron toneladas de papa, gracias a una donación del Gobierno Nacional en cabeza del señor presidente Gustavo Petro Urrego y a la gestión admirable de nuestro gobernador Jhon Gabriel Molina Acosta, quiero decir que me alegró mucho saberlo, porque ese tipo de ayudas siempre son bienvenidas para quienes más lo necesitan.
Pero hoy me entristece escuchar que muchas personas con buenas posibilidades económicas también fueron a reclamar esas papas y no porque esté mal recibir algo donado, sino porque hacerlo sin necesitarlo le quita la oportunidad a quienes de verdad pasan necesidad.
Lo más duro es pensar que muchas familias rurales, o personas que no tienen cómo transportarse, no pudieron llegar con la misma facilidad de quienes sí cuentan con un medio de transporte (moto o carro), eso duele, porque habla de cómo estamos entendiendo la solidaridad.
No se trata solo de recursos (papas), sino de conciencia. De saber cuándo nos corresponde dar un paso al costado, la cual fue mi opción, para que otros puedan recibir. Si queremos una Mocoa más justo, tenemos que empezar por ser coherentes con lo que predicamos: actuar con empatía, pensar en el otro y recordar que la verdadera grandeza está en compartir, no en aprovechar.
Esto no lo veía, desde que vivimos la avenida fluviotorrencial de hace algunos años… Pensé que habíamos evolucionado respecto a éste tema, pero lamentablemente no.
