

Por Carlos Mauro Rosero
𝐂𝐚𝐝𝐚 𝟓 𝐝𝐞 𝐣𝐮𝐧𝐢𝐨, el 𝐃𝐢́𝐚 𝐌𝐮𝐧𝐝𝐢𝐚𝐥 𝐝𝐞𝐥 𝐌𝐞𝐝𝐢𝐨 𝐀𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 se llena de 𝐝𝐞𝐦𝐚𝐠𝐨𝐠𝐢𝐚 con discursos en
𝐜𝐚𝐦𝐩𝐚𝐧̃𝐚𝐬 y 𝐩𝐫𝐨𝐦𝐞𝐬𝐚𝐬 . Pero en la región 𝐀𝐧𝐝𝐢𝐧𝐨-𝐀𝐦𝐚𝐳𝐨́𝐧𝐢𝐜𝐚 —𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨́𝐧 de 𝐛𝐢𝐨𝐝𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝 y fuente de 𝐚𝐠𝐮𝐚 para 𝐂𝐨𝐥𝐨𝐦𝐛𝐢𝐚 y el 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨— la 𝐮𝐫𝐠𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥 es 𝐝𝐢𝐚𝐫𝐢𝐚. ¿Por qué esperar una fecha en el calendario si los desafíos nos exigen actuar hoy, mañana y siempre?
𝐑𝐞𝐭𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐝𝐚𝐧 𝐭𝐫𝐞𝐠𝐮𝐚
La 𝐝𝐞𝐟𝐨𝐫𝐞𝐬𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧, impulsada por la 𝐠𝐚𝐧𝐚𝐝𝐞𝐫𝐢́𝐚 𝐞𝐱𝐭𝐞𝐧𝐬𝐢𝐯𝐚 y la 𝐞𝐱𝐭𝐫𝐚𝐜𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐢𝐥𝐞𝐠𝐚𝐥 de 𝐦𝐢𝐧𝐞𝐫𝐚𝐥𝐞𝐬, está devorando nuestros bosques. Las fumigaciones con pesticidas contaminan suelos y ríos, mientras la extracción ilícita de minerales seca fuentes hídricas y deja profundas cicatrices en el territorio.
𝐅𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞 a esta 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝, no bastan más diagnósticos. Es hora de avanzar hacia 𝐬𝐨𝐥𝐮𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐜𝐫𝐞𝐭𝐚𝐬 y 𝐬𝐨𝐬𝐭𝐞𝐧𝐢𝐛𝐥𝐞𝐬, basadas en la 𝐣𝐮𝐬𝐭𝐢𝐜𝐢𝐚 𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥 y en la defensa activa del territorio.
𝐀𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐲𝐚 𝐦𝐚𝐫𝐜𝐚𝐧 𝐥𝐚 𝐝𝐢𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚
A 𝐩𝐞𝐬𝐚𝐫 de las 𝐚𝐦𝐞𝐧𝐚𝐳𝐚𝐬, sí hay 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐳𝐚. 𝐄𝐧 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨𝐬 𝐭𝐞𝐫𝐫𝐢𝐭𝐨𝐫𝐢𝐨𝐬 florecen 𝐞𝐣𝐞𝐦𝐩𝐥𝐨𝐬 de 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐫𝐨𝐦𝐢𝐬𝐨 y 𝐭𝐫𝐚𝐧𝐬𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧:
𝐑𝐞𝐟𝐨𝐫𝐞𝐬𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 con especies 𝐧𝐚𝐭𝐢𝐯𝐚𝐬, liderada por 𝐜𝐨𝐦𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 que restauran lo que otros 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐫𝐮𝐲𝐞𝐧.
𝐄𝐝𝐮𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥 en 𝐞𝐬𝐜𝐮𝐞𝐥𝐚𝐬 y 𝐯𝐞𝐫𝐞𝐝𝐚𝐬, 𝐬𝐞𝐦𝐛𝐫𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐜𝐢𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 en las 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐚𝐬 𝐠𝐞𝐧𝐞𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬.
𝐌𝐢𝐧𝐞𝐫𝐢́𝐚 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐨𝐧𝐬𝐚𝐛𝐥𝐞, que con 𝐭𝐞𝐜𝐧𝐨𝐥𝐨𝐠𝐢́𝐚 𝐥𝐢𝐦𝐩𝐢𝐚 y regulación efectiva, sin uso de mercurio y protege la vida.
𝐓𝐫𝐚𝐧𝐬𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐞𝐧𝐞𝐫𝐠𝐞́𝐭𝐢𝐜𝐚, con proyectos 𝐬𝐨𝐥𝐚𝐫𝐞𝐬, 𝐞𝐨́𝐥𝐢𝐜𝐨𝐬 y de 𝐛𝐢𝐨𝐦𝐚𝐬𝐚 que demuestran que 𝐨𝐭𝐫𝐨 𝐦𝐨𝐝𝐞𝐥𝐨 es 𝐩𝐨𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞.
𝐂𝐨𝐥𝐨𝐦𝐛𝐢𝐚: 𝐔𝐧 𝐩𝐚𝐢́𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐚𝐜𝐭𝐮𝐚𝐫, 𝐧𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐞𝐦𝐩𝐥𝐚𝐫
𝐒𝐨𝐦𝐨𝐬 una 𝐧𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐩𝐫𝐢𝐯𝐢𝐥𝐞𝐠𝐢𝐚𝐝𝐚: albergamos el 𝟓𝟐% de los 𝐩𝐚́𝐫𝐚𝐦𝐨𝐬 del mundo, parte de la 𝐀𝐦𝐚𝐳𝐨𝐧𝐢́𝐚 y 𝐭𝐫𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐫𝐝𝐢𝐥𝐥𝐞𝐫𝐚𝐬 que nos conectan con la vida. Pero ese privilegio conlleva responsabilidades ineludibles.
𝐄𝐥 𝐠𝐨𝐛𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨 𝐝𝐞𝐛𝐞 𝐟𝐫𝐞𝐧𝐚𝐫 𝐥𝐚 𝐢𝐦𝐩𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥. 𝐏𝐚𝐫𝐥𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐫𝐢𝐨𝐬 𝐲
𝐥𝐚𝐬 𝐚𝐮𝐭𝐨𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐥𝐨𝐜𝐚𝐥𝐞𝐬, y las 𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞𝐬𝐚𝐬 𝐩𝐮́𝐛𝐥𝐢𝐜𝐚𝐬 y 𝐩𝐫𝐢𝐯𝐚𝐝𝐚𝐬 deben comprometerse con la 𝐫𝐞𝐟𝐨𝐫𝐞𝐬𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 permanente, como lo hace 𝐋𝐢𝐛𝐞𝐫𝐨 𝐂𝐨𝐛𝐫𝐞 mediante:
𝐉𝐨𝐫𝐧𝐚𝐝𝐚𝐬 de 𝐫𝐞𝐜𝐨𝐥𝐞𝐜𝐜𝐢𝐨́𝐧 de 𝐫𝐞𝐬𝐢𝐝𝐮𝐨𝐬 𝐬𝐨́𝐥𝐢𝐝𝐨𝐬, con más de 3.200 kg de residuos ordinarios y reciclables recogidos en zona rural de Monclart, Pueblo Viejo y Campucana,
𝐉𝐨𝐫𝐧𝐚𝐝𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐫𝐞𝐟𝐨𝐫𝐞𝐬𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐜𝐢𝐩𝐚𝐭𝐢𝐯𝐚, con más de 2.500 𝐚́𝐫𝐛𝐨𝐥𝐞𝐬 𝐧𝐚𝐭𝐢𝐯𝐨𝐬 sembrados junto a la comunidad,
𝐌𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚𝐬 de 𝐬𝐞𝐝𝐢𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐚𝐜𝐭𝐢𝐯𝐨𝐬, para 𝐜𝐚𝐫𝐚𝐜𝐭𝐞𝐫𝐢𝐳𝐚𝐫 el agua en la zona de estudios del proyecto Mocoa.
𝐘 𝐧𝐨𝐬𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬, 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐜𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝𝐚𝐧𝐢́𝐚, 𝐝𝐞𝐛𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐩𝐫𝐚𝐜𝐭𝐢𝐜𝐚𝐫 y 𝐞𝐱𝐢𝐠𝐢𝐫 un 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐮𝐦𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 y 𝐬𝐨𝐬𝐭𝐞𝐧𝐢𝐛𝐥𝐞.
El 𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 no es un 𝐭𝐞𝐦𝐚 de un 𝐝𝐢́𝐚: es el 𝐚𝐢𝐫𝐞 que 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐢𝐫𝐚𝐦𝐨𝐬, el 𝐚𝐠𝐮𝐚 que 𝐛𝐞𝐛𝐞𝐦𝐨𝐬, el futuro que heredarán nuestros hijos.
𝐋𝐚 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐧𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐚́ 𝐠𝐫𝐢𝐭𝐚𝐧𝐝𝐨: ¡𝐀𝐜𝐭𝐮𝐞𝐦𝐨𝐬!
𝐒𝐞𝐠𝐮́𝐧 el 𝐁𝐨𝐥𝐞𝐭𝐢́𝐧 𝟒𝟔𝟓4 de 2025 de la 𝐏𝐫𝐨𝐜𝐮𝐫𝐚𝐝𝐮𝐫𝐢́𝐚 𝐆𝐞𝐧𝐞𝐫𝐚𝐥 de la 𝐍𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧, en solo los últimos seis meses se han 𝐝𝐞𝐟𝐨𝐫𝐞𝐬𝐭𝐚𝐝𝐨 𝟖𝟖. 𝟖𝟎𝟖 hectáreas de bosques en la 𝐀𝐦𝐚𝐳𝐨𝐧𝐢́𝐚 𝐜𝐨𝐥𝐨𝐦𝐛𝐢𝐚𝐧𝐚 y se han construido 𝟏.𝟏𝟎𝟕 𝐤𝐢𝐥𝐨́𝐦𝐞𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐯𝐢́𝐚𝐬 𝐢𝐥𝐞𝐠𝐚𝐥𝐞𝐬.
𝐒𝐞 𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭𝐢𝐟𝐢𝐜𝐚𝐧 𝐳𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐜𝐫𝐢́𝐭𝐢𝐜𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐨:
𝐌𝐞𝐭𝐚–Mapiripán, Llanos del Yarí, Norte del Chiribiquete,
𝐕𝐢𝐬𝐭𝐚𝐡𝐞𝐫𝐦𝐨𝐬𝐚–Puerto Rico, Frontera entre 𝐏𝐮𝐭𝐮𝐦𝐚𝐲𝐨 y 𝐂𝐚𝐪𝐮𝐞𝐭𝐚́.
La 𝐫𝐞𝐬𝐭𝐚𝐮𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 de 𝐞𝐜𝐨𝐬𝐢𝐬𝐭𝐞𝐦𝐚𝐬 debe ser una 𝐩𝐫𝐢𝐨𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐧𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥 para 𝐜𝐨𝐦𝐛𝐚𝐭𝐢𝐫 la 𝐝𝐞𝐟𝐨𝐫𝐞𝐬𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧.
𝐋𝐚 𝐯𝐨𝐳 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐭𝐞𝐫𝐫𝐢𝐭𝐨𝐫𝐢𝐨𝐬 𝐭𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞́𝐧 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚
El 27 de marzo, la 𝐃𝐞𝐟𝐞𝐧𝐬𝐨𝐫𝐢́𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐏𝐮𝐞𝐛𝐥𝐨 alertó en un 𝐜𝐨𝐦𝐮𝐧𝐢𝐜𝐚𝐝𝐨 que me 𝐢𝐦𝐩𝐚𝐜𝐭𝐨́ profundamente:
> “En el 𝐫𝐞𝐬𝐠𝐮𝐚𝐫𝐝𝐨 𝐢𝐧𝐝𝐢́𝐠𝐞𝐧𝐚𝐬 𝐍𝐮𝐤𝐚𝐤-𝐌𝐚𝐤𝐮, se ha 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐨𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝𝐨 una vía de 𝐦𝐚́𝐬 de 𝟏𝟑𝟎 𝐤𝐢𝐥𝐨́𝐦𝐞𝐭𝐫𝐨𝐬 en su 𝐥𝐢́𝐦𝐢𝐭𝐞 𝐧𝐨𝐫𝐭𝐞, lo que impulsa la creación de nuevas fincas.”
𝐔𝐧𝐚 𝐯𝐞𝐳 𝐦𝐚́𝐬, 𝐞𝐥 𝐛𝐨𝐬𝐪𝐮𝐞 𝐫𝐞𝐭𝐫𝐨𝐜𝐞𝐝𝐞 ante el avance de la 𝐢𝐥𝐞𝐠𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝, y los 𝐩𝐮𝐞𝐛𝐥𝐨𝐬 𝐢𝐧𝐝𝐢́𝐠𝐞𝐧𝐚𝐬, 𝐠𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚𝐧𝐞𝐬 del 𝐭𝐞𝐫𝐫𝐢𝐭𝐨𝐫𝐢𝐨, quedan en 𝐫𝐢𝐞𝐬𝐠𝐨.
𝐍𝐨 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐭𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐦𝐚́𝐬 𝐟𝐞𝐜𝐡𝐚𝐬 𝐬𝐢𝐦𝐛𝐨́𝐥𝐢𝐜𝐚𝐬, 𝐬𝐢𝐧𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐫𝐨𝐦𝐢𝐬𝐨𝐬 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐞𝐬
La 𝐀𝐧𝐝𝐢𝐧𝐨-𝐀𝐦𝐚𝐳𝐨𝐧𝐢́𝐚 nos está 𝐡𝐚𝐛𝐥𝐚𝐧𝐝𝐨. 𝐄𝐬𝐜𝐮𝐜𝐡𝐞𝐦𝐨𝐬, 𝐚𝐜𝐭𝐮𝐞𝐦𝐨𝐬 y 𝐩𝐫𝐨𝐭𝐞𝐣𝐚𝐦𝐨𝐬 lo que aún nos 𝐪𝐮𝐞𝐝𝐚.
𝐍𝐨𝐬 𝐩𝐫𝐞𝐠𝐮𝐧𝐭𝐚𝐦𝐨𝐬: 𝐬𝐞𝐧̃𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐂𝐀𝐑.
¿Qué pasó con los 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚𝐫𝐞𝐧𝐝𝐨𝐬 𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥𝐞𝐬 cuya medida contempla la suspensión de actividades o clausura de establecimientos?
¿Qué 𝐚𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 se están 𝐭𝐨𝐦𝐚𝐧𝐝𝐨 frente a la 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐚𝐦𝐢𝐧𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐚𝐮𝐝𝐢𝐭𝐢𝐯𝐚, que afecta la salud de miles?
𝐇𝐚𝐜𝐢𝐚 𝐮𝐧 𝐟𝐮𝐭𝐮𝐫𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐞𝐧𝐞𝐫𝐠𝐢́𝐚𝐬 𝐥𝐢𝐦𝐩𝐢𝐚𝐬 𝐲 𝐜𝐨𝐦𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐞𝐦𝐩𝐨𝐝𝐞𝐫𝐚𝐝𝐚𝐬
Las 𝐚𝐮𝐭𝐨𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 deben tomar acción 𝐢𝐧𝐦𝐞𝐝𝐢𝐚𝐭𝐚 y garantizar 𝐜𝐚𝐦𝐩𝐚𝐧̃𝐚𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 de 𝐫𝐞𝐟𝐨𝐫𝐞𝐬𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧, 𝐚𝐫𝐭𝐢𝐜𝐮𝐥𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐬𝐟𝐮𝐞𝐫𝐳𝐨𝐬 con 𝐞𝐧𝐭𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐩𝐮́𝐛𝐥𝐢𝐜𝐚𝐬 y 𝐩𝐫𝐢𝐯𝐚𝐝𝐚𝐬.
𝐂𝐫𝐞𝐞𝐦𝐨𝐬 que sí es posible 𝐥𝐨𝐠𝐫𝐚𝐫 un 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐨 𝐬𝐢𝐠𝐧𝐢𝐟𝐢𝐜𝐚𝐭𝐢𝐯𝐨:
El futuro está en nuestras manos, 𝐜𝐫𝐞𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐯𝐚𝐥𝐨𝐫 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐝𝐨, 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫𝐚𝐧𝐝𝐨 el 𝐛𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬𝐭𝐚𝐫 de 𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬, y 𝐠𝐞𝐧𝐞𝐫𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐬𝐨𝐥𝐮𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐥𝐚𝐛𝐨𝐫𝐚𝐭𝐢𝐯𝐚𝐬 que empoderen a las comunidades.
