Cuatro años sin el amante de la buena palabra, el buen comer y vestir; el controversial Germán Arenas.

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Por: Putumayoaldia / Jesus Bernal

Pasaba el 2012 y a mediados de este año nos encontrábamos en La Hormiga Putumayo, en la única pista de patinaje de carreras que tenía el departamento por esa época. En algún momento de ese festival de patinaje nos encontramos con Germán Arenas y parte de la conversación se centró en su condición de salud.

Le pregunte del porqué de la inflamación de su pierna izquierda y sólo por salir del paso dijo que se estaba haciendo remedios caseros. Pero si expresó que le dolía mucho y con relación a su actividad de reportería esa condición iba en contra de su salud por la dificultad que representaba para ir de allá para acá.

Quizá habían pasado unos dos años más tarde cuando tuvimos la oportunidad de estar en la ciudad de Cali en dos momentos diferentes gracias al PNUD. Recuerdo uno de esos momentos de manera fugaz que estuvimos en el centro Comercial Unicentro donde departimos con otros colegas.


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Era German una persona víctima de la ansiedad y debía estar comiendo cada dos o tres horas, porque eso si era “buena cuchara”. Pude percibir que a pesar de su condición de salud era un amante de la gaseosa y disfrutaba de ella cuando se trataba de dispensador acompañado de pollo a la broaster.

En esa ocasión había sido conferencista en el taller que se realizó en el último piso de la Torre de Cali, donde también estábamos alojados en el piso 23. Oiga Bear era una de nuestras panelistas, periodista que escribió el libro de los 12 apóstoles y que tantos dolores de cabeza le causó por estar involucrado en su contenido Álvaro Uribe y su hermano Santiago.

Para llegar a ese evento por cosas de logística y no conocer el país por parte de la logística debimos viajar por tierra desde el Putumayo hasta Florencia en el Caquetá. De ahí tomamos un avión a Bogotá y finalmente otro a Cali. Lo práctico era salir Puerto Asís-Cali. El retorno era igual, pero decidimos viajar en bus. Al otro día del viaje ya estábamos en Mocoa donde a las siete de la mañana lo recogió Martha, la mamá de “Samu”, como Germán le decía a un hijo mejor.

Entre viajes a eventos de periodismo y momentos de capacitación pasaron al menos tres años en que nos distanciamos por temas de agenda y porque ya no coincidíamos en esos eventos.


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Con la Corporación de Periodistas del Putumayo CORPEP, hoy en transición pasiva, logramos hacer un evento para reconocer el periodismo puro y duro de la región y nos inventamos un premio ambiental.

A Germán Ali Arenas Usme, quién nació en África Occidental, en Burkina Faso y que luego vivió muy niño en la ciudad de Barranquilla, su verdadero pueblo chico para él y en ese evento en Puerto Asís, le otorgamos el “Reconocimiento a Toda Una Vida” al servicio de esta bonita profesión. Pasaba el 2 de diciembre de 2018. Germán exhibía su trofeo y diploma con orgullo en su oficina en Mocoa.

Por cosas de la vida logramos estar en su casa dos veces donde fuimos recibidos por Martha y Samu, a donde llegamos con Mercedes y donde nos asignaron una habitación que ellos habían dispuesto.

Logramos estar en Bogotá por allá en el año 2016 en el Primer Foro del Petróleo con altos funcionarios e incluso con la presencia de Juan Manuel Santos quien era el presidente de Colombia.

A final de sus días tuvimos dos momentos. Estamos en pandemia. Yo debí estar 24 días en cuarentena junto a mi hija médica. Hasta perdimos nuestra mascota Rex, porque se fugó de la casa y no podíamos salir a buscarlo. Duro perdido 43 días. Lo rescatamos en la Vereda Horizonte cerca al ETCR La Carmelita. Por esos días le hable a Germán sobre un amigo que también murió el 20 de mayo de 2021 y que requería transporte hasta Neiva debido al paro indígena y me dijo como podría proceder para pedir apoyo con transporte de socorro.

Pasaron unas pocas semanas y el día jueves de la semana anterior a su fallecimiento me llamó pasado medio día. Fue un mensaje corto. Me pregunto que como estaba de salud. Que para él la pandemia y su condición de salud estaban siendo complejas había llegado de Neiva hacía poco. Me dijo «cuídate Chucho, esto es muy duro». Y nos despedimos.

Tras el día de su muerte el 22 de mayo, entendí que me había llamado sin proponérselo para despedirse.

Su paso por las ciudades de Florencia y Mocoa fueron arduos en la labor periodística. Supe que como reportero comunitario de la Revista Semana venía haciendo fuertes denuncias tras investigaciones que lo podrían poner en peligro. Pero había dicho a alguien en Mocoa, “que ya había vivido lo suficiente, que su tiempo de vida era corto y ya no le interesaban prejuicios ni auto censuras”.

Hoy recordamos «al costeño» como coloquialmente algunos le decían y a quien nunca le negaba el infaltable «y aja» que siempre estaba en las conversaciones. Hincha del Junior de Barranquilla y del buen vestir, siempre viajaba con maletas como si se fuera de vacaciones. Amante de las finas colonias y del buen comer. Se cambiaba de ropa hasta tres veces al día en nuestros viajes. Siempre que hacia la “polla” apostaba en contra de la Selección Colombia de Futbol.

Alguna vez estando en Cartagena por invitación de la FLIP y el Festival Gabo, donde coincidimos tres veces, porque en una de esas se coló como buen “enredador” se había hecho dar el cupo y me dijo, que si quiera otra vez esa comida árabe o nos vamos a comer criollo a una cuadra del hotel. Entonces nos fuimos y de entrada pedimos cazuela de mariscos, con algunas cosas más y hasta “carimañola” y arepa de huevo hubo ese día en el menú. Para rematar como cosa especial pidió gaseosa, su peor enemiga. La diabetes aún no se manifestaba tan agresiva.

Para el 15 de diciembre de 2015 estuvimos en una actividad invitados para hablar y hacer una Exposición sobre cubrimiento periodístico y situación de Putumayo con respecto al conflicto. Eso fue en la sede de Bellas Artes en Cartagena de la Facultad de Comunicaciones, donde al mismo tiempo avanzaba el Seminario sobre Periodismo, paz y regiones para Radio. Y se centraba ese momento en la “Situación del conflicto en la negociación. Estándares de información y cubrimiento del proceso de paz. FNPI y Oficina del Alto Comisionado para la Paz”. Paralelamente compartimos escenario con estudiantes de periodismo y expusimos la realidad de la labor en el Putumayo.

En otro momento de su vida cuando se realizó una campaña para recoger recursos de ayuda para Germán, me decía que quería con mucho anhelo su prótesis. Pero este anhelo nunca se cumplió por culpa de una dura decisión. Resulta que debía hacerse otra cirugía para cortar el fémur, y prefiero arrastrarse en su carrito a someterse a una nueva operación. Me dijo explícitamente «no me la hago ni por el putas», impotente e indignado. No quería volver a pasar por el quirófano.

Hoy 22 de mayo de 2025, se cumplen cuatro años de su pascua. Recordamos a uno de tantos colegas, amigos y relacionados que se nos fueron en esa época dolorosa de la pandemia. GERMAN ALI ARENAS USME…q.e.p.d.


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