

*Por: Alexander Africano
Desde el Coliseo del ITP en Mocoa se llevó a cabo la segunda Mesa de Participación para la 𝒄𝒐𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒄𝒄𝒊𝒐́𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝑷𝑫𝑫 – 𝑷𝒍𝒂𝒏 𝒅𝒆 𝑫𝒆𝒔𝒂𝒓𝒓𝒐𝒍𝒍𝒐 𝑫𝒆𝒑𝒂𝒓𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒍 𝟐𝟎𝟐𝟓–𝟐𝟎𝟐𝟕 «𝑼𝒏 𝑮𝒐𝒃𝒊𝒆𝒓𝒏𝒐 𝒆𝒏 𝑺𝒆𝒓𝒊𝒐». Un espacio que, en teoría, debía convocar a la ciudadanía del Medio Putumayo especialmente de Mocoa, Villagarzón y Puerto Guzmán para construir juntos el futuro del territorio. Pero lo que se vivió dejó sensaciones encontradas.
𝙇𝙖 𝙘𝙤𝙢𝙞𝙩𝙞𝙫𝙖 𝙙𝙚 𝙋𝙪𝙚𝙧𝙩𝙤 𝙂𝙪𝙯𝙢𝙖́𝙣, 𝙚𝙣𝙘𝙖𝙗𝙚𝙯𝙖𝙙𝙖 𝙥𝙤𝙧 𝙨𝙪 𝘼𝙡𝙘𝙖𝙡𝙙𝙚 𝙈𝙪𝙣𝙞𝙘𝙞𝙥𝙖𝙡, 𝙝𝙞𝙯𝙤 𝙥𝙧𝙚𝙨𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙘𝙤𝙣 𝙘𝙤𝙢𝙥𝙧𝙤𝙢𝙞𝙨𝙤 𝙮 𝙙𝙞𝙨𝙥𝙤𝙨𝙞𝙘𝙞𝙤́𝙣. 𝙀𝙣 𝙘𝙤𝙣𝙩𝙧𝙖𝙨𝙩𝙚, 𝙚𝙡 𝙖𝙡𝙘𝙖𝙡𝙙𝙚 𝙙𝙚 𝙑𝙞𝙡𝙡𝙖𝙜𝙖𝙧𝙯𝙤́𝙣 𝙣𝙤 𝙖𝙨𝙞𝙨𝙩𝙞𝙤́, 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙫𝙞𝙙𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙪𝙣𝙖 𝙗𝙧𝙚𝙘𝙝𝙖 𝙥𝙧𝙚𝙤𝙘𝙪𝙥𝙖𝙣𝙩𝙚 𝙚𝙣𝙩𝙧𝙚 𝙡𝙤 𝙞𝙣𝙨𝙩𝙞𝙩𝙪𝙘𝙞𝙤𝙣𝙖𝙡 𝙮 𝙚𝙡 𝙙𝙚𝙗𝙚𝙧 𝙙𝙚 𝙖𝙘𝙤𝙢𝙥𝙖𝙣̃𝙖𝙧 𝙡𝙤𝙨 𝙚𝙟𝙚𝙧𝙘𝙞𝙘𝙞𝙤𝙨 𝙥𝙖𝙧𝙩𝙞𝙘𝙞𝙥𝙖𝙩𝙞𝙫𝙤𝙨. 𝙎𝙞 𝙗𝙞𝙚𝙣 𝙚𝙡 𝘼𝙡𝙘𝙖𝙡𝙙𝙚 𝙙𝙚 𝙈𝙤𝙘𝙤𝙖 𝙝𝙞𝙯𝙤 𝙥𝙧𝙚𝙨𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙣𝙤 𝙨𝙚 𝙚𝙫𝙞𝙙𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖𝙧𝙤𝙣 𝙨𝙪𝙨 𝙛𝙪𝙣𝙘𝙞𝙤𝙣𝙖𝙧𝙞𝙤𝙨 𝙤 𝙖𝙨𝙚𝙨𝙤𝙧𝙚𝙨 𝙚𝙣 𝙚𝙨𝙩𝙚 𝙚𝙨𝙥𝙖𝙘𝙞𝙤 𝙞𝙢𝙥𝙤𝙧𝙩𝙖𝙣𝙩𝙚. A pesar del esfuerzo logístico y la expectativa de que el coliseo se llenara, la asistencia no fue masiva. Y quienes participaron activamente, salieron con una sensación amarga.
¿𝐃𝐨́𝐧𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞𝐝𝐨́ 𝐥𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐜𝐢𝐩𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐞𝐟𝐞𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚?
Durante la plenaria, muchas personas esperaban que sus ideas y propuestas fueran visibilizadas como las de la población en situación de discapacidad, indigenas y afros, incluso prepuestas comunitarias comtra oa extracción minero- energética, entre otras. Sin embargo, lo que ocurrió fue otra cosa: propuestas comunitarias no fueron leídas ni reconocidas, y en su lugar, algunas secretarías se limitaron a exponer programas ya definidos, con propuestas que ya venían definidas, sin conexión real con lo que allí se estaba planteando. Eso, lejos de fortalecer el ejercicio democrático, lo vacía de sentido.
Más preocupante aún fue notar que ciertos contratistas evidenciaron falta de compromiso y desinterés frente al proceso. 𝙇𝙖 𝙘𝙤𝙢𝙪𝙣𝙞𝙙𝙖𝙙, 𝙥𝙤𝙧 𝙨𝙪 𝙥𝙖𝙧𝙩𝙚, 𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙖𝙗𝙖 𝙖𝙡𝙜𝙤 𝙨𝙚𝙣𝙘𝙞𝙡𝙡𝙤 𝙥𝙚𝙧𝙤 𝙥𝙤𝙙𝙚𝙧𝙤𝙨𝙤: 𝙦𝙪𝙚 𝙖𝙡 𝙛𝙞𝙣𝙖𝙡 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙥𝙡𝙚𝙣𝙖𝙧𝙞𝙖 𝙨𝙚 𝙡𝙚𝙨 𝙙𝙞𝙚𝙧𝙖 𝙡𝙖 𝙥𝙖𝙡𝙖𝙗𝙧𝙖. 𝙉𝙤 𝙤𝙘𝙪𝙧𝙧𝙞𝙤́.Tampoco asistió el actual Gobernador del Putumayo, cuya presencia habría sido una señal de voluntad política y de escucha directa.
𝐏𝐚𝐫𝐭𝐢𝐜𝐢𝐩𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐬𝐢𝐧 𝐞𝐬𝐜𝐮𝐜𝐡𝐚 𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐜𝐢𝐩𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧
Lo que vivimos no puede ser normalizado. Si bien los espacios de planeación participativa son una herramienta poderosa, su legitimidad se sustenta en la coherencia entre la convocatoria y la respuesta institucional. No se trata solo de llenar formatos ni de cumplir una agenda. Se trata de garantizar que las voces del pueblo no sean adornos del discurso, sino insumos reales para la toma de decisiones.
Desde la mirada ciudadana se hace un llamado respetuoso pero firme: el Plan de Desarrollo no se escribe desde una oficina. Se construye escuchando, dialogando y respetando lo que las comunidades tienen para decir, ahi radica la importancia de la participación ciudadana ojalála masiva en los espacios a los que se le convoca.
𝙋𝙤𝙧𝙦𝙪𝙚 𝙪𝙣 𝙂𝙤𝙗𝙞𝙚𝙧𝙣𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙚 𝙙𝙞𝙘𝙚 «𝙚𝙣 𝙨𝙚𝙧𝙞𝙤», 𝙙𝙚𝙗𝙚 𝙩𝙤𝙢𝙖𝙧𝙨𝙚 𝙚𝙣 𝙨𝙚𝙧𝙞𝙤 𝙡𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙩𝙞𝙘𝙞𝙥𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣.
*Consejero de Paz Departamental – Afiliado al CNP Putumayo
