Bogotá, 14 de enero de 2025
Por: Aníbal Fernández de Soto
Gerente de Naturaleza y Vecinos de GeoPark, compañía matriz de Amerisur
El desarrollo sostenible no se construye de manera aislada e inmediata. Es un proceso continuo, que involucra a todas las partes de la sociedad, y que depende de alianzas sólidas, de la voluntad de avanzar y de una visión compartida de futuro. Esta convicción la he cultivado a lo largo de mi trayectoria en los sectores público y privado.
En un país como Colombia, donde la persistente desigualdad es evidente en el coeficiente de Gini cercano a 0,54 en 2023, la creación de oportunidades deja de ser una opción convirtiéndose en una responsabilidad ineludible. Este contexto refuerza nuestra misión en GeoPark que va más allá de generar energía. En territorios como Casanare, Meta y Putumayo, trabajamos día a día para construir, junto con nuestras comunidades vecinas, un futuro más próspero y sostenible.
A lo largo del año que recién finalizó, hemos sido testigos del poder transformador de la colaboración. Desde proyectos que buscan mejorar las condiciones de saneamiento de las familias, brindar soluciones de acceso a energía o promover la educación de calidad, hasta iniciativas de conservación ambiental que protegen la biodiversidad única de nuestro país. Cada una de estas acciones ha sido posible gracias a un principio fundamental que rige nuestra forma de relacionamiento: la buena vecindad.
La buena vecindad no se trata de cumplir obligaciones. Implica escuchar, adaptarse, respetar la visión de los demás y generar valor compartido a partir de lo que nos une. Es entender que nuestro éxito como empresa de energía depende también del bienestar de quienes comparten su territorio con nosotros.
Sin embargo, no podemos hacerlo ni todo, ni solos. La magnitud de los desafíos que enfrentan nuestras comunidades —desde el acceso a servicios básicos hasta retos de adaptación climática— requiere el esfuerzo conjunto de todos: empresas, gobierno, organizaciones sociales y, sobre todo, de las mismas comunidades.
Por eso, más allá de destacar logros como la construcción de infraestructura esencial o el acceso a servicios de salud de manera gratuita en los territorios donde operamos, quiero aprovechar este espacio para hacer una reflexión. Una que invite a seguir construyendo juntos, a no perder de vista que el desarrollo sostenible es una meta compartida y que, aunque el camino sea desafiante, es también una oportunidad de demostrar que la energía puede ser una fuerza para la transformación.
En GeoPark reconocemos que aún hay mucho por aprender y mejorar. Nos esforzamos por escuchar más y por ser cada día mejores vecinos. Nuestro enfoque SPEED (Seguridad, Prosperidad, Empleados, Entorno y Desarrollo Comunitario), además de guiar nuestro marco de sostenibilidad, es un recordatorio constante de que cada decisión tiene un impacto y cada acción debe estar alineada con un propósito más grande.
Hoy, mientras reflexionamos sobre los aprendizajes que nos dejó el 2024 y abordamos el 2025, quiero invitar a todos los actores que comparten los territorios donde operamos a fortalecer nuestras alianzas, a construir puentes y a seguir demostrando que la sostenibilidad es un camino que recorremos juntos.
El desarrollo humano, social y ambiental son pilares inseparables de una sociedad próspera. Sigamos trabajando para que, al mirar hacia atrás, podamos decir con orgullo que fuimos parte de la construcción de unas regiones prósperas, que dejamos un legado de esperanza y oportunidades para las generaciones que vienen. Porque al final, la prosperidad compartida es el único desarrollo que realmente vale la pena.
Para conocer más sobre la gestión territorial de GeoPark, los invito a consultar este enlace.