La violencia profundizó la pobreza en los municipios PDET

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La violencia armada tiene un efecto más devastador en los municipios más pobres, en donde profundiza la pobreza multidimensional, es decir la capacidad de las personas de satisfacer sus condiciones de vida y sus dietas, relacionarse con los demás o acceder a servicios. Así lo evidencia un análisis realizado en los municipios priorizados del Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) en Putumayo, Cauca y Nariño.

“La relación negativa de violencia es más significativa en los municipios PDET, es decir, se corrobora la condición inicial de mayor afectación por la violencia asociada con el conflicto armado y que motivó la priorización de estas regiones en el marco de la implementación del Acuerdo de Paz con las FARC-EP (2009-2016)”, señala el economista Andrés Felipe Medina Grass, magíster en Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) del DANE no llega al detalle de los municipios, por lo que el investigador Medina construyó el índice de pobreza multidimensional municipalizado (IPMM), el cual le permitió evidenciar que hechos de violencia como la extorsión o la violencia sexual tuvieron mayor impacto en las condiciones de vida de estos territorios, los cuales comparten características como graves afectaciones por la violencia, condiciones de pobreza o debilidad institucional.


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“El punto de partida fue la consulta de las estadísticas oficiales del DANE, en las cuales se evidencia insuficiente disponibilidad de información para evaluar la pobreza multidimensional a nivel municipal, lo que me llevó a diseñar y construir un índice nuevo a partir de la información de los indicadores municipales (IPMM), el cual se aplicó a 102 municipios, con una tasa de éxito del 83 % dada la disponibilidad de información”, explica el magíster Medina.

En su método de medición el investigador incluyó parámetros como calidad de la educación; deserción escolar; cobertura de vacunación y controles prenatales; empleos formales con seguridad social; y servicios públicos como acueducto y alcantarillado para los municipios PDET y no PDET de los 3 departamentos, con base en la metodología de la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford.

Esta medición le permitió evidenciar que entre 2009 y 2016 el 49,25 % promedio de la población de los municipios del Putumayo estuvo en situación de pobreza multidimensional. Los 4 municipios con porcentaje más bajo fueron aquellos que no son PDET: Sibundoy, San Francisco, Colón y Santiago, al igual que Mocoa, que aunque sí está priorizada es la capital del departamento, por lo que la privación del acceso a servicios es más baja y también tiene mayor atención del Gobierno en cuanto a política públicas y condiciones de vida de los habitantes de la zona rural.

“Este fenómeno de mayor vulnerabilidad se puede asociar con que los municipios más pobres, priorizados según el Acuerdo de Paz, tienen un umbral de cobertura y acceso mucho más limitado, acompañado de una infraestructura más precaria, cuya afectación, destrucción o disminución por la violencia armada los deja en un estado de privación multidimensional mucho mayor, y su reparación puede ser mucho más demorada y costosa que en municipios con niveles de pobreza más bajos o mayor provisión de infraestructura. En otras palabras, a los municipios más pobres, además de que casi no tienen, la violencia los arrasa y les quita ese poquito con el que logran subsistir”, sostiene el magíster Medina.


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En este sentido también evaluó diferentes tipos de violencia, y encontró que la mayoría de estas sí impactan en los indicadores de pobreza multidimensional, como el caso de la extorsión, que es significativo en la estadística de los municipios PDET pero no en aquellos no priorizados, es decir que cuanto más pobre un municipio, más afectado se verá por la violencia. Lo mismo se evidencia en el caso de la violencia sexual, que también aumenta el índice por haber sido una estrategia de control territorial de los grupos armados.

“Este documento presenta evidencia de un efecto negativo de la violencia sobre la pobreza multidimensional, una acentuación o incremento del IPM de 0,12 puntos porcentuales ante un incremento unitario en las víctimas de extorsión cuando el municipio es PDET. De igual forma, se encuentra que la violencia sexual también es un tipo de violencia estadísticamente significativo en la acentuación de la pobreza multidimensional de los municipios estudiados”, explica el investigador.

Según el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), en Putumayo el conflicto armado dejó un saldo de 11.814 víctimas (2,8 % del total nacional), la mayoría de las cuales se relacionaron con asesinatos selectivos; en Cauca se registraron 14.794 víctimas (3,5 % del total nacional), también con asesinatos selectivos, y en Nariño 13.107 víctimas y bajas en combate (3,1 % del total nacional); aquí los principales hechos violentos registrados fueron los asesinatos selectivos y la desaparición forzada, con 26,7 y 16,2 % respectivamente.

Este estudio le otorga un valor agregado al levantamiento de datos para desarrollar un índice nuevo para medir la pobreza, el cual permite entender la dinámica de la pobreza de los municipios PDET; además involucra a la academia para aportar a la construcción de paz en el marco del posconflicto y recomienda adelantar investigaciones que analicen la relación de la pobreza con otras variables de violencias (sexual, económica, psicológica, física) usadas por los grupos armados como estrategias para controlar los territorios y las comunidades

Fuente: Agencia de Noticias de la Universidad Nacional de Colombia.


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