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Por : John Elvis Vera Suarez
Paisaje Cultural como Patrimonio, es el “título conferido por la UNESCO a sitios específicos del planeta que son los mejores ejemplos del patrimonio cultural y natural de la humanidad”, se otorga con el propósito de orientar a los pueblos en una gestión más eficaz de su propio desarrollo, por medio de los recursos naturales y los valores culturales, y con la finalidad de modernizar y hacer progresar a las naciones del mundo, sin que por ello se pierdan la identidad y la diversidad cultural”. Centro Grancolombiano paisaje cultural cafetero
Ante la propuesta de proponer la declaración como paisaje cultural al nocivo monocultivo de la caña de azúcar en el Valle del Cauca, concentrado en pocas manos de grandes familias terratenientes, dueñas de once (11) Ingenios azucareros, con cerca de 200.000 hectáreas, con una oscura historia por la expoliación de tierras a familias campesinas, y por arrasar con la diversidad biológica de ese inmenso valle geográfico, además del daño al agua impactada por el uso de agrotóxicos, acaparada a su vez para el monocultivo de dicho producto, destinado esencialmente para su transformación en azúcar, que no se puede considerar como alimento.
Ante lo anterior, me permito proponer que el cultivo de la coca, que involucra al menos a 230.000 familias campesinas, con alrededor de 300.000 hectáreas con un gran impacto socio-económico y con una inmensa incidencia sobre lo que algunos han osado en llamar Narco-Estado Colombiano y con influencia en la política nacional, sea declarado como Paisaje Cultural Cocalero Colombiano, con presencia hoy en día en al menos veinte (20) Departamento del País. Cultivo ancestral que lleva milenios en nuestro continente y que comercialmente se comenzó a expandir desde hace por lo menos 50 años. Al fin y al cabo, la coca se puede transformar en una gran diversidad de productos verdaderamente alimenticios.
Ahora aparecerán los ganaderos con sus 4,7 millones de hectáreas, principales responsables de la deforestación en todos los ecosistemas del planeta, los arroceros con sus 568.465 hectáreas, que como en el caso del huila han provocado el envenenamiento o intoxicación y desaparición de un gran número de cuerpos naturales de agua, los mono cultivadores de palma africana para la producción de aceite para cocina con sus 600.000 hectáreas, los cultivadores de marihuana con sus 57.000 hectáreas, que poco a poco vienen siendo legalizadas por sus cualidades medicinales y las posibilidades para su uso recreativo aceptado hoy en día, y para rematar saldrán los aguacateros proponiendo el paisaje cultural aguacatero, con alrededor de 80.000 hectáreas, de las cuales 35.000 hectáreas son sus monocultivos en hass, ahora fumigada al parecer con drones, en la alta montaña, la cual debería de estar dedica para aportar el agua potable y saludable de pueblos y ciudades cordilleranos. Y no debemos olvidar las 523.255 hectáreas de cultivos comerciales de maderables, de las cuales hay al menos 233.724 hectáreas con pinos y eucaliptos. Que tal Smurfit kappa Colombia, realizando esa propuesta para sus nefastos monocultivos.
Ahí les dejo estas discutibles, contradictorias, controversiales y hasta burlescas propuestas. Pero como en nuestro maravilloso país todo es posible, ahí les quedan…