Los Militares y Policías son también víctimas de la desaparición forzada y Putumayo también cuenta

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Por: *Alexander Africano

En la conmemoración cada 30 de agosto del “día internacional de las víctimas de desaparición forzada” nos lleva a considerar que en Colombia para hablar de las víctimas Militares y Policías del conflicto armado interno es tan complejo que hasta ni los mismos uniformados y ex uniformados no se reconocen como tal, sin embargo, existen cifras de cientos de víctimas invisibles que ni siquiera han sido registradas en los sistemas para tal fin.

No es menos cierto que los hechos victimizantes a los que fueron y son sometidos los miembros de la fuerza pública no son bien tenidos en cuenta pues en nuestro país ha sido recurrente tildarlos de “victimarios” eso si aclarando que algunos han desviado el honor de portar un uniforme, no obstante, esa criminalización no permite que caminemos una Colombia hacia la reconciliación y por ende hacia la Paz.

El desconocimiento es tan grande, que por ejemplo para el caso de la desaparición forzada las cifras del Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC) del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), cuentan que entre 1958 y 2015, fueron desaparecidos 658 miembros de la Fuerza Pública y que los departamentos que más casos registran son Antioquia, Meta, Putumayo, Cauca y Guaviare.


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Para citar a Putumayo, en el caso de la Policía Nacional al menos cinco (05) de sus hombres desde hace 33 años (1991) no aparecen, ni sus restos, ni huellas, ni nada que permita su hallazgo siquiera el menos para darle cristiana sepultura y claro para la fecha conmemorativa es motivo de recordación por parte de sus esposas, hijos, hijas, familiares y amigos, pero también para las instituciones, en medio de una tragedia propia.

Una de las historias reales es la del señor Agente de Policía Reynaldo Rengifo Ortega, oriundo de Isnos (Huila) quien fue desparecido el 08 de septiembre de 1994, ese fin de semana Reynaldo tomó la decisión de visitar a sus padres e iba con su hija de apenas un año y seis meses de vida y su esposa, después del medio día en momentos en que iba en un vehículo campero de color blanco de su propiedad, fueron interceptados en la vereda Verdeyaco (Santa Rosa – Cauca a 20 minutos de Mocoa) )por guerrilleros del frente XIII de las extintas farc-ep quienes los detuvieron, los aislaron y en especial empezaron a amenazar con las armas largas a Reynaldo, minutos después se lo llevaron con rumbo desconocido en presencia de su familia.

No fue suficiente el llanto de su esposa quien les gritó que para la época estaban los diálogos de paz y aún así no hicieron caso, la respuesta de los guerrilleros fue llevarse a su esposo selva adentro. En horas de la tarde y siguiendo con las súplicas le permitieron a la esposa regresarse con su hija dejando allí por ultima vez hace 30 años a su esposo y padre de su pequeña.

Las averiguaciones posteriores dieron cuenta de que la persona que reconoció y entregó en la vía al Agente Reynaldo fue un guerrillero conocido con el alias de “Pipas” y cuyo nombre era Duberney García, era de Mocoa y tiempo después se convirtió en un mando medio encargado de retenes ilegales, murió en combate con el Ejército Nacional por el sector de Condagua; algunas versiones dan cuenta que tenía odio a los Policías pues uno de ellos fue novio de una mujer que era su enamorada y en tal virtud su ideal no era el poder sino acabar con cuanto policía se atravesara en su camino; se dice también que el comandante general de esa facción era alias “Fabian” de quien no se sabe su paradero.


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La búsqueda de Reynaldo se prolongó por al menos dos años con ayuda de la iglesia, cruz roja y familiares, especialmente estos últimos tuvieron que detenerse pues las amenazas no se hicieron esperar, hoy después de 28 años siguen clamando por información que permita ubicar los restos de Reynaldo Rengifo Ortega y asi descansar de un dolor que ha afectado especialmente a su hija quien hoy en dia es madre de familia y no puede contarle la historia a la nieta de su padre por todo lo que implica en estos años, sin acompañamiento del Estado y con el clamor vico de la verdad.

La década de los 90s en Mocoa estuvo marcada por una fuerte presencia de las farc y el M-19, y sobre la vía a Pitalito era recurrente los retenes ilegales de esa guerrilla, son varios los desparecidos y muertos que dejaron a su paso. Estamos en una gran oportunidad para que a través de la JEP se pueda decir que pasó con muertos y desparecidos de la fuerza pública y ya dejen de ser “Los Invisibles”.

*Afiliado al Colegio Nacional de Periodistas Seccional Putumayo

JAAM


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