John Elvis Vera Suarez
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“Los servicios públicos son inherentes a la finalidad de Estado. Es deber del Estado asegurar su prestación eficiente a todos los habitantes del Territorio Nacional.” Artículo 365, Constitución política de Colombia.
“Con el objetivo de desarrollar los artículos constitucionales relativos a la prestación de servicios públicos domiciliarios como finalidad del Estado, se expidió la Ley 142 de 1994. En ella, se estableció que los servicios a los que hace referencia su articulado, son considerados servicios públicos esenciales, dentro de los cuales se encuentra el servicio público de energía eléctrica.” República De Colombia, Corte Constitucional, Sentencia T-337 de 2023.
Mientras el esfuerzo del Gobierno y al parecer del Congreso Nacional, se centran en buscarle salidas a los altos precios de la energía en la Costa, las empresas generadoras en Colombia, hablan de los costos que, según ellos, tienen que asumir para brindar la misma y así justificar las subidas constantes de este importante servicio. Los usuarios y usuarias, ven cómo cada día esta aumenta su valor y los recursos que se necesitan para disponer de manera integral para el bienestar del entorno familiar, debe usarlos en mayor cantidad para atender los costos de la energía que poco a poco quedó en manos de empresas particulares y ajenas a nuestras regiones, es decir se ha ido desestatificando para ganancia de unos privilegiados. Debemos reiterar que esta es una de las consecuencias de la privatización generalizada de la llamada apertura económica del nefasto gobierno Gaviria (“Bienvenidos al futuro”), que se continuó profundizando en los siguientes gobiernos.
En nuestro hogar somos dos personas, por demás juiciosos ahorradores de energía por nuestro compromiso ambiental y pensando precisamente en los altos costo de esta. Mientras en julio de 2023, nos cobraron $82.239, en julio del presente año, ya el cobro mensual ascendió a $176.313, es decir $112.074 de más. En tan solo 12 meses, nos han elevado más del 115% por ciento. Y como a todos los residentes del sector y en particular en el edificio que habitamos, los aumentos desmesurados y abusadores continúan, des de esperar entonces que dicha carestía, seguirá en aumento desafortunadamente.
No ha valido hasta el momento, que usuarios presenten sus respectivas quejas. Sabemos que los reclamos y cartas son reiterativas y siempre terminan pretendiendo desvirtuándolas con sus mentiras, lo que se presentan como evidencias. En algunos casos realizan rebajas pírricas que lo único que logran es una mayor ofensa de quien ha hecho el esfuerzo para lograr pagar lo que tanto le está costando.
Ojalá las “comunidades energéticas”, florezcan por los territorios diversos del país, para que logren la autonomía energética, produzcan bienestar para sus gentes y se independicen de las grandes empresas ajenas a su propio territorio, que solo buscan maximizar sus ganancias económicas. Es necesario que los gobiernos, apoyen e impulsen la conformación y consolidación de dichas comunidades y de las respectivas “granjas solares”. El lograr la autonomía energética y con ello la merma de los costos de dicho servicio, aportaría muy seguramente al bienestar de las familias colombianas. El camino es largo, pero por igual hay que iniciarlo y/o continuarlo.