John Elvis Vera Suarez
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“Construir ciudades que “funcionen” —que sean verdes, resilientes e inclusivas— requiere una intensa coordinación de políticas y decisiones sobre inversión. Los Gobiernos nacionales y locales desempeñan un papel importante: deben actuar ahora, configurar el desarrollo futuro de las ciudades y crear oportunidades para todas las personas”. Banco Mundial.
El mundo se urbaniza. Las ciudades crecen y los problemas socio-ambientales aumentan al igual que sus pobladores. Mientras a nivel mundial la población urbana está alrededor de los 4.400 millones, es decir el 56%, en Latinoamérica y el Caribe, el 81.2% de su ciudadanía está concentrada en zonas urbanas y se estima que para el 2030 sea el 89%. Ya en el 2018, seis (6) megaciudades con más de 10 millones de habitantes, de esta región del continente americano, sumaban el 14,2% de su población.
En Colombia la Asociación colombiana de Ciudades Capitales, exponía que para el 2023, basada en la información brindada por el DANE, “la población de las ciudades capitales… es de 24.293.807, representando el 47% de la población nacional que es de 52.215.503”. Es decir que, de 1.123 municipios, la mitad de la población se concentra apenas en unas pocas docenas de ciudades. Y estas a su vez, están localizadas primordialmente en la zona andina o cordillerana, la cual es la de mayor sismicidad.
En los Centros Poblados que son 5.059 según el DANE, solo vive el 7.1% de la población colombiana. Escasamente los habitan 3’670.000 o un poco más. Mientras que solo la Capital Bogotá, representa no menos del 16%. Ante lo anterior me permito insistir en que necesitamos más ciudades pequeñas y menos ciudades grandes.
“Las ciudades son uno de los factores que más contribuyen al cambio climático. De acuerdo con ONU-Hábitat, las ciudades consumen el 78% de la energía mundial y producen más del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, abarcan menos del 2% de la superficie de la tierra.” Entonces la salida es repensar la ocupación del territorio y planificar espacios urbanos sostenibles ambientalmente que conlleven a ciudades construidas para el bienestar ciudadano en armonía con los entornos naturales.
Debemos fortalecer los territorios y localidades, fortaleciendo los centros poblados, los corregimientos y pequeñas poblaciones. Con esto aportaríamos a la ampliación y profundización de la democracia local. Las pequeñas y medianas poblaciones facilitan la administración y prestación de los servicios públicos que deben ser preferiblemente comunitarios con autonomía administrativa, la merma de la contaminación por movilización, la construcción de comunidades más entrelazadas y solidarias, la autonomía política y administrativa, el ordenamiento territorial a escala más vecinal, más humana. Menor concentración poblacional es menor riesgo ante eventos desastrosos.
Las poblaciones aumentan o disminuyen su población según el momento histórico que se vive. En la Amazonia por ejemplo a través de los últimos cuatro (4) siglos, centenares de poblados han aparecido y desaparecido según el estado de la economía local, o por los conflictos armados, o por disputas territoriales y fronterizas, o inclusive por el reacomodamiento de sus ríos y demás humedales locales. En el Quindío al parecer están aumentando considerablemente los centros poblados.