Por : Duban García – AldiaNoticias
Mocoa, nuestra querida ciudad, ha sido testigo de una serie de intentos fallidos de modernización que, lejos de mejorar nuestra calidad de vida, han terminado siendo ejemplos palpables de ineficiencia y mala gestión a la hora de organizar el tránsito en la capital del Putumayo.
A estos errores que hemos patrocinado los mismos ciudadanos, se suma la falta de cultura ciudadana a la hora de respetar las señales de tránsito, lo cual no es pretexto para que unos pocos se enriquezcan con los recursos de tránsito.
Testigos todos del gran fracaso de la «Modernización de semáforos de Mocoa», nos hemos aguantado seis meses de una tecnología artesanal, fallida en otras ciudades de Colombia, con un sistema que al caer el agua, por picos eléctricos, falla rampantemente con el descaro de unos paneles solares que no sirven para nada.
¿Quién contrató esta modernización? Recuerdo aún la entrevista del exalcalde de Mocoa, Jhon Jairo Imbachi, quien emocionado nos informó que un contratista tendría, al finalizar el 2023, totalmente actualizado a tecnología solar y que era el inicio del salto de tecnología analógica a «digital». Apáticos los mocoanos, empezamos a ver estos trabajos que avanzaban sin ponerse en funcionamiento, hasta que un día entraron en servicio con la sorpresa de tener luces multicolores en unos semáforos que deberían tener los colores establecidos.
Poco a poco y con la puesta de una capa solar en la estructura del semáforo, nos fijamos bien y la sorpresa inmensa, dichos paneles no estaban conectados, » El primer mico a la luz del público sin que nadie diga nada».
Preguntamos por el objetivo de dicho contrato y nadie daba información, llamamos a la contraloría para que ponga su lupa en dicho contrato, pero extrañamente me pidieron espera, (espere dubancito)
A ocho meses de iniciado el contrato y seis de esta administración, vemos que todo sigue igual: un contratista inoperante que nos tiene sin semáforos actualizados, con la excusa de que le robaron sus tarjetas inteligentes y que, como es tecnología extranjera, no ha podido conseguirlas. «¡Ahora salimos a deberle al contratista por algo que debió tener planificado!», exclamé al escuchar su débil versión del fracaso de su tecnología barata y hechiza que nos trajo a los mocoanos.
En dias anteriores la actual administración municipal, nos llama a los Mocoanos, para escuchar la socialización de la instalación de nuevos puntos de semáforos y modernización de otros puntos, con la sorpresa inmensa que el encargado de la fracasada modernización es el mismo que atraves de un fondo mixto será contratista de instalar nuevos semáforos y actualizar otros puntos.
Podemos los Mocoanos estar seguros que lo que viene en materia de semáforos, NO el contratista que fracaso con la actualización de semáforos, plantea convertir dichos semáforos en sistema inteligente, monitoreado atraves de cámaras de seguridad y con tecnología que solo un una tecla de computador podran reiniciarse en caso de falla.
El contratista manifestó a los asistentes que no puede quedar mal, que está en juego su reputación como empresario. Por mi parte, tomé el micrófono y le recordé que como contratista ya fracasó con nosotros los Mocoanos y que su prestigio como contratista estaba por el suelo al traernos tecnología extranjera.
Nos queda esperar que el contratista que pide una segunda oportunidad logre dejarnos algo duradero, con la extraña garantía de un solo año.
Por ahora, la promesa de organizar el caótico tráfico y reducir accidentes se ha convertido en un monumento a la incompetencia rampante desde la instalación de unos bolardos de plástico frente a la zona rosa de Mocoa, que buscaba evitar el giro a la izquierda, causando rechazo y preguntas sobre por qué se gastaron 300 millones en dicho elefante blanco en la pasada secretaría de tránsito.
Las luces multicolores o semáforos desactualizados, en lugar de facilitar el flujo vehicular, han generado más confusión y peligro. Han sido tantas las fallas técnicas, las demoras en su reparación y la falta de coordinación que los ciudadanos nos sentimos burlados.
Francamente, es inaceptable que, a estas alturas, las autoridades locales no hayan sido capaces de garantizar un funcionamiento adecuado de algo tan básico como los semáforos. No se trata de un lujo, sino de una necesidad para la seguridad de todos los que transitan por nuestras calles.
Esta mañana, una anciana fue atropellada por un ciudadano que no hizo el alto porque, sencillamente, el semáforo estaba como luz de discoteca.
La ciudadanía de Mocoa está cansada de excusas y promesas vacías. Exigimos soluciones reales y efectivas. ¡NO NOS METAN MÁS LOS DEDOS EN LA BOCA! Ya es hora de que los responsables de este despropósito asuman sus errores y actúen con la seriedad que la situación amerita.
Si las autoridades continúan subestimando nuestra inteligencia y paciencia, perderán el cariño popular que los llevó a gobernar, porque la comunidad no va a tolerar más engaños ni ineficiencias. Es momento de que los funcionarios públicos recuerden que su deber es servir al pueblo y no jugar con su paciencia y seguridad.
Necesitamos que, más allá del amiguismo y los compromisos que pudieron haber quedado entre administraciones amigas, las cosas se hagan con transparencia, eficacia y, sobre todo, respeto hacia los ciudadanos. Los semáforos son solo la punta del iceberg de un problema más profundo que debe ser resuelto con urgencia. Ya basta de promesas rotas y resultados mediocres. Es hora de que nos tomen en serio y de que se pongan a trabajar de verdad.