Por: Jorge Kuarán – Comunicador Social
Una dura paliza recibió la izquierda colombiana en los comisión territoriales en todo el país, la idea que cada día nos íbamos a parecer a Venezuela con su ideología socialista ha quedado atrás, un fuerte castigo ha recibido la coalición de partidos políticos de izquierda que acompañaron la propuesta Petro Presidente, a través del movimiento de coalición Pacto Histórico, que estalló desde adentro.
Los resultados electorales del día ayer en Colombia nos dice que la coalición de partidos de izquierda solo pudieron ganar elecciones en las gobernaciones de Nariño, Amazonas y Magdalena de 32 departamentos en el país.
Si la dinámica política de izquierda sucedió como lo hizo en Putumayo, podemos afirmar sin lugar a dudas que la izquierda en Colombia es un montón de ideologías socialistas, sin organización ni estructura, pero si con muchas ambiciones personales que hacen que los consensos frente al bienestar de las regiones pasen a un último plano.
Pero entonces el fenómeno Petro como se puede analizar..? Ese es un tema de muchas aristas pero la más cercana a la realidad política se da producto del estallido social en Colombia, ahogado por la corrupción, la desfachatez, los abusos de poder y los escándalos de la ultraderecha representada por el entonces Centro Democratico, lo que unido a un fenómeno caudillista de la imagen de Petro encontró la coyuntura política para su elección.
En las regiones el tema es a otro precio, y le llamamos precio, porque en las regiones viene tomando fuerza desde hace una década la inversión de empresas contratistas electoreras, donde los candidatos anticresan los presupuestos públicos, lo que genera una actividad elecroral de derroche y algarabía, que en nada se parece a la política y que cambia las propuestas y la responsabilidad de futuro que tienen los habitantes frente a sus regiones, aparecen entonces los sendos carnavales de fiesta, jolgorio y trago. Y es allí donde la izquierda colombiana está lejos de practicar, a lo cual se le une la ambición personal de cada líder de la izquierda, donde todos quieren ser los portadores de la bandera, precedidos únicamente por la labia de cada mitin, huelga o paro regional, sin trabajar la verdadera política propositiva y con fundamento en favor del colectivo social. Es entonces dónde peligrosamente vamos viendo que NO nos vamos a parecer a Venezuela, pero si más cercanos a la Patria Boba, la desorganización política y la ausencia de filosofía de futuro en las regiones.