Los pecados de la mesa de unión de los candidatos oficialistas en Putumayo

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Columna de Opinión Por: Jorge Kuarán – Comunicador Social

Tal parece que la mesa de unión de los candidatos oficialistas a la Gobernación de Putumayo, anda inflada de expectativas políticas por parte de cada uno de sus 6 integrantes, William Riascos – Partido Independiente, Manuel Ocoró – Partido Ecológico Colombiano, Cesar Chapal – Partido Todos Somos Colombia, Miguel Ángel Rubio – Partido Comunes, Yule Anzueta – Partido Verde y Mauricio Mora – Colombia Humana (en disputa legal).

Las conversaciones que debieron darse mucho tiempo atrás – y estamos hablando de por lo menos hace un año – basadas en el consenso de los más altos intereses del territorio y el pueblo, pues nunca paso por la mente de los dirigentes de las organizaciones sociales, partidos y movimientos oficialistas del gobierno Petro en Putumayo, e incluso ni por la menor intención de organización de la dirigencia nacional del Pacto histórico, como debió ser de forma serena y responsable. Embriagados por el poder y arropados en la imagen presidencial todos pensaron que tenían el derecho natural de ser caudillos territoriales y dueños de la imagen Petro en Putumayo.

Y aún a pesar que los movimientos sociales del Putumayo son dueños de una curul en el Congreso de la República, que automáticamente lo inviste como líder natural del movimiento político social en el territorio, desafortunadamente no supo entender su papel histórico como uno de los primeros congresistas del Putumayo producto del parto del largo trasegar y lucha de los movimientos sociales putumayense, quienes con sudor, lágrimas y sangre venían construyendo el camino hacia una verdadera representación política en lo altos escaños de la vida nacional y regional.


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Quien debió convertirse en la importante figura de la consolidación de esa lucha, a través del dialogo, la armonía y la unión de voluntades de los distintos sectores sociales en favor del pueblo putumayense, se convirtió en el peor enemigo de ese esfuerzo de lucha histórica, anteponiendo sus deseos pasionales por encima de lo intereses colectivos de todos los grupos sociales y políticos, y de los mismos intereses del territorio. Y es que su sesgada visión y poca experiencia política la dejo ver en el primer acto publico como congresista, cuando decidió mostrar a nivel nacional su bandera de lucha LGTBI+ por encima de la bandera de lucha social de los sectores políticos del Putumayo, hasta ese entonces alternativos del viejo régimen colombiano, lo que decepcionó el esfuerzo del trabajo colectivo de todos estos sectores sociales. Una razón más para reafirmar que nunca fue elegido por sus propios méritos de liderazgo político, sino que se encontró con la fortuna de estar en el lugar indicado para la foto del tarjetón de aquel momento electoral.

Los pecados de la mesa de unión de los candidatos oficialistas hoy por hoy, no son más que aquellos de su vida política y las consecuencias de sus decisiones. Están llamados a salvar la lucha o serán los responsables del entierro egoísta de todo ese esfuerzo colectivo de las comunidades en cada sector del Putumayo. Son esos determinantes que alguien debe llevarlos a la mesa, para contraponerlos a la gran ansiedad y percepción de ganadores que cada candidato tiene, en una falaz imaginación de contar votos antes de pasarlos por las urnas oficiales.

Habíamos dicho que la inexperiencia política seria una de esas grandes barreras de los acuerdos, ya la inexperiencia del Representante a la Cámara los tiene al borde de hacer trizas los mas de 100 mil votos de Petro en el Putumayo, súmele a ello la de los candidatos que apenas comienzan su vida política y ya buscan dar el gran salto, de un proceso de liderazgo y trabajo político en el movimiento Pacto Histórico, de una vez a la mayor distinción del departamento como son: William Riascos, Mauricio Mora y Cesar Chapal, quienes claramente todavía no han sentido en su piel la diferencia entre la percepción y la realidad política, como si la tienen aquellos que ya han participado en anteriores campañas políticas, perdiendo en algunas ocasiones, o así sea colaborando directamente en la organización y desarrollo de una campaña electoral.

Eso hace por ejemplo, que se vea a candidatos como Mauricio Mora siendo usado y de una vez quemado políticamente por los caprichos del Representante a la Cámara; un profesional que debió pensar en su futuro político y perfectamente pudo elegir ser cabeza de lista a la Asamblea Departamental por el Pacto Histórico, como escuela política para las próximas elecciones, y no convertirse en un palo atravesado en el camino de todo el movimiento social en el departamento; esperanzado en votos que no son suyos, y que ahora tampoco son del Representante, siempre han pertenecido a los distintos movimientos sociales del Putumayo, como se va a ver en las próxima elecciones a Cámara.


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En diferente forma sucede con el candidato William Riascos, quien ostenta el aval del Partido Independiente, pero el solo aval de ese partido no lo va a convertir en político de la noche a la mañana, y menos en un destacado líder social que haya luchado con las botas puestas los distintos y duros procesos que les ha tocado pasar a los movimientos sociales del Putumayo. Ese desconocimiento absoluto de su personalidad política, que es muy distinta a la de profesional en medicina, no garantiza la consolidación de la lucha política de los sectores sociales, hay que primero verlo en el escenario del desempeño social y político por las calles, los campos y eventos importantes de la región, luchando hombro a hombro con la clase social marginada. Eso de estar en el lugar y tiempo indicado para la foto en el tarjetón ya les pasó a los movimientos sociales y he allí las consecuencias de estar al borde de volver trizas la lucha política del pueblo.

Con Cesar Chapal se debe reconocer todo el trabajo social en el campo desde los escenarios de los pueblos indígenas, ha estado librando la batalla hombro a hombro con sus pueblos, actualmente ha recorrido el departamento en un trabajo político organizado y aunque las firmas no le alcanzaron para su inscripción independiente, el respaldo de varios sectores le piden que no abandone la lucha política; la preocupación de unidad de los sectores sociales con Chapal, está dada en una reunión bastante numerosa de lideres campesinos en zona rural de Puerto Asís, quienes manifiestan que les preocupa un gobernador indígena frente a los varios conflictos que hay entre población campesina y pueblos indígenas por las fronteras agrícolas y líneas limítrofes de fincas y resguardos, entre ellas están los conflictos de Siberia, Churuyaco, Arizona, El Vides, y los Piñuñas, entre otros más, que si bien no son conflictos graves, hasta ahora porque están en stanby, si son de mucha importancia para las organizaciones campesinas, por lo que ante una candidatura de Chapal gran parte de las comunidades campesinas organizadas se apartarían del proceso de unión y buscarían otros candidatos a quien apoyar; así las cosas ese es otro tema que urge que los sectores sociales del Putumayo deben tratar de primero dirimir para pensar en consenso hacia futuro.

Queda entonces la vieja guardia política, hombres ya versados en el trabajo político y electoral, que podrían dar una pizca de garantía al proceso político de las organizaciones sociales, por lo menos para un periodo urgente de 4 años de organización plena, pensando en la conservación del poder regional por un buen rato, para alcanzar a realizar las transformaciones que requiere el territorio y que piden diariamente las mismas organizaciones sociales. Es allí donde los estrategas políticos inteligentes dicen claramente que es mejor tragarse temporalmente los sapos que resulten, antes de perder el rumbo del triunfo y la oportunidad de una nueva reorganización.

Así pues, esta Yule Anzueta, Partido Verde, un partido que en Colombia es de la casta tradicional con quienes ha gobernado y co gobernado, por lo que de alternativo tiene muy poco y no sabemos qué tanto de oficialista; y su presencia en esa mesa únicamente se entendería desde la voluntad de las bases del partido verde, como de Valle del Guamuez, a quien le obligaron a sentarse a dialogar en el ámbito de un “frente amplio” entre oficialistas, alternativos y tradicionales, que es muy distinta a una propuesta netamente oficialista Petrista – o alternativa como la llaman ellos -.

Eduardo Ocoró, candidato del Partido Ecologista, si bien en apoyo a Francia Márquez acompaño firmemente el proceso Petro Presidente, pues no deja de ser un político local de Orito, a quien se necesita varios meses largos para posicionarlo en todo el territorio y volverlo figura de opción de triunfo.

Y está Miguel Ángel Rubio, un político de muchas batallas y algunas muy importantes, conoce de política y es un hombre pausado, pero tiene serios encontronazos con el Representante a la Cámara, quien de seguro va a continuar tratando de imponer su capricho.

Y son ellos los 3 últimos quienes podrían dar una esperanza de cumplimiento en los acuerdos hacia la consolidación del movimiento político de los sectores sociales del Putumayo, garantizando además la conservación de la curul en Cámara de Representantes – con candidato social por definir en su momento – la cual, por ahora, ya la dinámica política coyuntural dice que será arrebatada del sector social, por lo que podrían quedarse sin el pan y sin el queso.

Ahora bien, los tres últimos todos ya han sido poder, han gobernado o han participado activamente en los gobiernos, por lo que admirarse que un gobernante en cualquier parte del país o participe del gobierno -contratista –, tenga abiertos procesos con los órganos de control, es cosa de análisis de novatos, solo de aquellos que nunca les ha tocado una responsabilidad desde lo publico o desconocen totalmente el sector público y su tramitomanía. El hecho de tener aperturado procesos en nada los convierte en culpables, solo son hechos materia de investigación que los afectados tendrán que aclarar con sus soportes, como lo han hecho la mayoría de las personas, los verdaderos culpables están hoy en la cárcel o han pasado por ella.

Por último, está por definir si la mesa de unión de candidatos oficialistas es una mesa de políticos versados o de un reinado de belleza. Se está definiendo que es lo que más les conviene al movimiento político de los sectores sociales del Putumayo. Recordar que el proceso necesita un político que garantice un periodo de transición de 4 años para la reorganización política, o tendrán que volver a empezar de ceros en un camino hecho trizas. Cuál es la propuesta para el territorio desde los sectores sociales..?. Ω


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