Con una procesión por las calles de Mocoa y la celebración de una ceremonia religiosa, se hizo homenaje y se recordó a las víctimas mortales y los desaparecidos de la avalancha de Mocoa.
En una noche como esta hace seis años, también era viernes y llovía fuertemente a esta hora en el piedemonte amazónico, el mundo fue testigo después de las 11 y treinta minutos de la noche de la peor tragedia qué haya vivido la capital del Putumayo.
Más de 345 personas muertas y almenos 57 desparecidas fue el saldo tras la avenida fluviotorrencial o la avalancha, tras el desbordamiento de las Quebrada La Taruca y Taruquita.
Mocoa y el Putumayo recuerdan y traen a la memoria esos momentos trágicos y ahora piden y reclaman la gobierno para que se cumpla con las obras y necesidades de los más desprotegidos. Los indígenas pidieron hoy ser escuchados, porque «son los últimos en darles la oportunidad y sólo les dan 2 minutos para hablar». Las familias damnificadas esperan las 909 viviendas. Mocoa no tiene aun garantizado el servicio de agua potable.