Narcos ya no quieren comprar hoja de coca por su bajo valor: es más rentable adquirir café

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INFOBAE – Hasta el presidente Gustavo Petro afirmó que ese hecho es señal de que “algo está pasando” en el consumo de la cocaína, sobre todo en Estados Unidos, principal país al que se exporta esta droga

Cauca ha sido, junto con Norte de Santander, Nariño y Putumayo, los departamentos con más hectáreas de hoja de coca sembrada en Colombia. Archivo.

Cauca ha sido uno de los departamentos que mayores índices de siembra de hoja de coca ha presentado históricamente en el país. Junto con Norte de Santander, Nariño y Putumayo, esta se ha convertido en una zona muy rentable para los narcos, quienes no han dejado de comprar esta planta a los campesinos que, por presiones o por mera rentabilidad, terminan sembrándola.

Por décadas esta hoja ha sido rentable, es decir, su precio es alto. Sin embargo, la realidad actual es otra, pues el insumo principal de la cocaína cayó a niveles históricos. De acuerdo con información recogida por El Tiempo, el valor de esta planta es menos de la mitad con respecto a su valor ‘real’. En contraste, otros elementos para su siembra y cosecha, como fertilizantes e insecticidas, han doblado su valor.

Esto ha generado preocupación entre los campesinos sembradores, pues fuentes consultadas en los territorios por el medio citado, indicaron que una arroba de hoja de coca —12.5 kilos— actualmente se consigue a 30 mil pesos cuando anteriormente alcanzaba los 80 mil. En ese orden, indican que ni siquiera los narcos compran la hoja.


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Ese es, justamente, uno de los primeros efectos de la baja en su precio: la ausencia de compradores. A falta de demanda, el precio se cae, lo cual genera una crisis entre los cultivadores. Mientras que unos han represado los bultos de hoja de coca, otros no han tenido más alternativa que fiarla o incluso botarla.

Al respecto, el secretario de Gobierno de Cauca, Diego Aguilar, expuso que otra razón puede ser el aumento de los controles por parte de las autoridades. Esta situación no es nueva, pues desde hace aproximadamente seis meses no hay grandes compradores de esta hoja; incluso se afirma que la baja de alias ‘Mayinbú’ en Suárez, Cauca en junio de 2022 es otro efecto.

Sobre esto, el coordinador de la fundación Paz y Reconciliación —Pares— en el Pacífico, mencionó en febrero de este año que en Argelia, Cauca, “la coca se está cayendo”, pues no hay quién la compre y esa situación ha generado crisis de hambre dentro de los campesinos que viven de estas rentas y sus familias. De paso, le hizo un llamado al Gobierno nacional para que empiece comprando la hoja de coca a productores del Cañón del Micay, en el mismo departamento.

Las flores del presidente Petro a esta histórica baja

Uno de los principales defensores de la erradicación manual y voluntaria de cultivos ilícitos ha sido el actual jefe de Estado. Dentro de su propuesta de transformación de política antidrogas, está la eliminación total de las aspersiones con glifosato y la sustitución sin criminalizar a los cultivadores y raspachines, quienes pertenecen al eslabón más débil de la cadena del narcotráfico.


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Por otro lado, las autoridades colombianas no han frenado las incautaciones que, de acuerdo con el Ministerio de Defensa, dejaron cifras históricas en materia de decomiso de estupefacientes durante 2022.

Sumado a eso, aplaudió en la noche del lunes 20 de marzo la reducción en el precio de compra de la hoja de coca. Dijo que si los narcos no la están comprando es “porque algo está pasando en el consumo en los Estados Unidos” y porque, según él, ha funcionado la política de interdicción en el país.

Vale mencionar que esta medida ha sido propuesta por el jefe de Estado y apoyada por los ministros de Interior —Alfonso Prada— y Defensa —Iván Velásquez—. A su vez, la actual administración le ha apostado a la erradicación humanitaria de acuerdo a lo establecido en el Acuerdo Final de Paz firmado en 2016 con las extintas Farc.

Más allá del halago del presidente, en Cauca la situación es compleja, pues son decenas de miles las hectáreas utilizadas para la siembra de esta hoja, lo cual puede generar represamiento y pérdida de los cultivos.

Incluso, el café tiene un valor actual al de esta planta: podría costar hasta cuatro veces más una arroba de café que de hoja de coca.


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