Por : Cesar Chapal
En Mocoa sigue la incesante incertidumbre por el retraso de las obras de reconstrucción, tras la avalancha de 2017. El 50% de avance después de 6 años es impresentable, que el contralor Carlos Hernán Rodríguez lo catalogue como una segunda tragedia, es mucho menos de lo que podría expresarse.
El 31 de marzo de 2017 fue una noche desoladora que trajo un despertar amargo, gran parte del municipio de Mocoa fue arrasado por un derrumbe provocado por el desbordamiento de las quebradas La Taruca y Taraquita. Frente a este hecho, tras el paso de 6 años que se cumplen el próximo mes, las víctimas de este desastre natural aún esperan las ayudas que el Gobierno Nacional había mencionado en algún momento, promesas que se han incumplido.
Además, agobia los temores que causa en los ciudadanos de la capital, el retraso de la reconstrucción, por lo poco preparados que sienten estar para enfrentar las fuertes lluvias en temporada de invierno.
La atención ante esta situación debió ser inmediata. No se puede alegar falta de recursos, cuando fue noticia a nivel nacional y que además se tuvo apoyo internacional para iniciar la reconstrucción de la capital Putumayense , pero desafortunadamente en estos 6 años aún hay construcciones que no están terminadas, familias enteras que no reciben sus viviendas como les habían prometido, retraso en la entrega de sus casas y peor aún, algunas de las que se reportan entregadas, sus habitantes las recibieron con complicaciones, en obra negra, no aptas para vivir, con fallas eléctricas, sumándole la ausencia del agua, pues en ocasiones el municipio puede durar hasta tres días sin agua y también los constantes daños de las tuberías, etc…
Esta tragedia trajo consigo, muchas complicaciones más, pues hasta el momento tampoco se ha logrado poner nuevamente en funcionamiento las instalaciones carcelarias, lo que ha llevado a que nuestros coterraneos privados de la libertad deban ser trasladados a otros departamentos; rompiendo aún más nuestro tejido social, más allá de los errores cometidos, hay que ver el lado humano y eso es que al final, ellos también tienen familias que los aman y desean verlos no todos cuentan con la solvencia económica de trasladarse a otro departamento y eso entorpece el proceso de reinserción social. Mocoa, necesita su cárcel.
Es innegable que se han adelantado ciertas obras, pero creería que se podría haber hecho mucho más y que es hora de dejar de preguntar a los funcionarios ¿Cuándo veremos la reconstrucción? Celebro que dentro del Plan Nacional, el presidente haya priorizado la reconstrucción de nuestra capital, esperemos que esa decisión ponga muy pronto fin a la interminable espera, de sosiego y paz a las víctimas y aleje a quienes volvieron a las zonas del desastre por no tener dónde más pasar su duelo.
Es importante la reconstrucción de Mocoa, pero sobre todo es fundamental que también se atienda la salud mental de los Putumayenses, porque cada vez que hay temporadas de lluvias fuertes, las reacciones de zozobra, angustia y melancolía son preocupantes. La avenida torrencial sacó a flote no sólo piedras,lodo y cuerpos, sino las innumerables necesidades que la corrupción y abandono del estado han ido sembrando, sin embargo, Mocoa, Putumayo, siempre valiente y resiliente, ha esperado con paciencia, con optimismo, con esperanza, se levantó de los escombros, se sostuvo en medio de una pandemia, luchando por subsistir. Es hora de cumplirles.
Foto por: Radio Nacional de Colombia.