Por : Cesar Chapal
La defensa de la vida y su prevalencia en nuestro entorno debe ser la premisa sobre la cual debemos construir el nuevo Putumayo. La muerte se ha vuelto paisaje.
Nuestro departamento ha sufrido episodios de violencia, muy difíciles a lo largo de los años. Algunos nos han impactado y nos han dejado huellas y heridas que aún no sanan porque fracturaron lo más profundo de nuestro tejido social, pero frente a los hechos ocurridos en estos últimos días, donde se han perpetrado más de cuatro asesinatos, me hace pensar que el derecho a la vida cada vez se hace más difícil de proteger, entendiendo que es un derecho fundamental de todo ser humano, pero es claro que en nuestra región hay un gran problema de orden público, que es necesario atender como muchas de las otras necesidades que existen en el departamento.
Y cabe cuestionarse ¿Cuáles son las estrategias que se están ejecutando en los municipios del departamento, para mitigar esta situación? Es urgente no solo diagnosticar la raíz del problema y saber en qué podemos estar fallando como ciudadanos y familia y así darnos cuenta si las situaciones que vivimos al dia de hoy son problemas individuales o solo una consecuencia de algo más grande.
Los estamentos gubernamentales deben desarrollar distintas acciones, para propiciar la seguridad y protección de la vida de todos los putumayenses.
No podemos acostumbrarnos a ver correr ríos de sangre y no preguntarnos por qué y sobre todo…hasta cuándo vamos a seguir sintiendo la muerte tan cerca de todos.
La vida es un propósito superior que entre todos debemos defender.