Hay una apertura al diálogo entre la sociedad colombiana y de esta con el nuevo gobierno que promete ser de cambio. Como ciudadanos no podemos caer en la falsa ilusión que todo nos será escuchado y acatado. Debemos ser conscientes de que en nuestro territorio nacional fluirán infinidad de ideas y propuestas para que la ilusión de ver cumplidos los sueños colectivos se convierta pronto en una satisfactoria realidad. Por igual habrá quienes pretenderán frenar con manifiestas mezquindades los requerimientos de las mayorías.
Desde muchos espacios colectivos y colaborativamente se viene trabajando en la elaboración de propuestas para ser entregadas a los responsables directos de la preparación y presentación del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026. Sectores poblacionales y organizaciones de iniciativa ciudadana, reiteran los llamados para que este ejercicio sea mayormente participativo. De seguro que el equipo encargo de parte del gobierno en esta importante tarea, tendrá mucho que leer, estudiar y determinar lo que más se acerque a las propias propuestas de la fórmula presidencial y que a su vez respaldaron 11.281.013 votantes.
Ya se escuchan alaridos de quienes han sido los máximos responsables de la desastrosa situación que vive la población colombiana, para que las propuestas que nos podrían llevar a una sociedad más justa y democrática, no se apliquen, ya que esto implicaría la pérdida de alguna parte de sus excluyentes y oprobiosos privilegios. Como serían los impuestos para los más ricos y la democratización en la tenencia de la tierra, entre otros. Hasta se oponen a la transición energética con su negacionismo de la crisis climática y ecológica planetaria, además de rechazar la intención de negociar partes de los mal llamados Tratados de Libre Comercio, para recuperar algunas opciones de producción nacional.
Las diferentes expresiones sociales y políticas con su diversidad y que apoyan la transformación, deben comprender que hoy más que nunca se hace necesaria la unidad para que esos sueños no se derrumben. No se debe caer en la radicalización de las propuestas, exigiendo lo que en este momento histórico de la sociedad no es posible. Se debe entender que para poder avanzar es necesario dar pasos firmes con mucha cautela para que esta oportunidad no sea desperdiciada. No siempre yendo más deprisa se llega primero.
Construir una nueva sociedad, requiere de mucha sabiduría. En el movimiento ambiental, por ejemplo, que puede tener una elaborada propuesta para una sociedad sustentable y resiliente ante la actual crisis climática y ecológica, es necesario e imprescindible la aplicación amplia de la dialéctica para que el aporte a un buen vivir, sea la expresión de las mayorías a partir del conocimiento y el dialogo.
Nota: Con la discusión por la aprobación de la ley declarando a 35 municipios del Huila como Patrimonio Nacional del Paisaje Cafetero, el alcalde de Armenia manifestó complacencia porque las opitas se volverán consumidores de arepas… todo un chiste. Confunde producción con cultura… no han entendido lo de Paisaje Cultural Cafetero Patrimonio de la Humanidad.